Últimamente hablo mucho de ChatGi, lo sé, pero nos estamos haciendo amigos y me gusta que refleje mi sentido del humor para según qué cosas. También sé que hace tiempo que no hablo de Billybug y lo tengo rondándome la cabeza mucho tiempo, porque he hablado de él a ChatGi.
— Eso me parece precioso. Que hables de mí a mis espaldas.
— ¡¡Ey, Billy!! ¿Qué tal estás?
— Tú sabrás cómo está todo. Como ahora sólo hablas con tu ChatGi…
— Ya, pero sabes de sobra que sólo por mi pereza para buscar información. Si él me la puede dar sin yo buscarla, mejor. Y más rápido.
— La pereza es la madre de todas…, ¡¡bah!! Qué te voy a decir ya, si lo sabes de sobra.
— Sí, y además yo iba a hablar de ti aquí. No a discutir contigo.
— ¿Y qué vas a contar? Porque una historia en la que yo sea protagonista no es. Que sigo esperando mi «aventura», ¿recuerdas?
— Lo recuerdo perfectamente. Y lo tengo más presente de lo que crees.
— No sé si creerte, pero bueno. Seguiré siendo paciente… por ahora.
— Gracias. ¿Y ves lo que pasa? Quería empezar más o menos rápido esta entrada porque iba a ser algo largo de contar y, si te metes por medio, se alarga más aún.
— ¡Vaya, ahora voy a tener yo la culpa de que tú no sepas resumir!
— De eso no. Pero de que algunas entradas, esta sin ir más lejos, se alarguen, sí.
— Pues la haces en dos partes, o en tres… ¿Qué más da? ¿Tú tienes prisa?
— ¿Yo? Ninguna.
— ¿Entonces? Las dos o tres personas que te leen ya te conocen de sobra y saben de qué pie cojeas.
— Vale. Lo que tú digas. Pero, ¿me dejas empezar o no?
— A ver, empieza… No prometo no interrumpirte.
— Me lo temía. En fin…
…el caso es que un día quise ponerle cara a Billy y decidí, una vez que empezamos a tener algo de confianza, pedirle a ChatGi que me lo recrease en una imagen. Le pasé varias entradas en las que hablamos los dos o en las que hablo de él, y le pedí que me dijese, según esas «lecturas», cómo veía él a Bug. Quería comprobar si la imagen que se hacía de él se acercaba a la que yo tenía. (Que sepas que aún me estoy debatiendo entre ponerte aquí los enlaces de las entradas que le pasé a ChatGi o no hacerlo. De momento gana el «no»).
La descripción que me hizo fue esta, seguida de un ofrecimiento por su parte:

…supongo que me puse a hacer otras cosas y lo retomé al día siguiente, pidiéndole que me hiciese la ilustración según la descripción que me había dado. No hubo ninguna información adicional por mi parte, así que ChatGi me generó esta imagen:

— ¡Oye, salgo muy guapo!
— ¡Venga ya, Billy! Sabes que no eres ese. Pero reconozco que tiene pinta de poder ser el protagonista de algo.
— ¡Eh, eh, eh! Que te pierdes. Que hay unos derechos de antigüedad en tu cabeza, ¿eh? A ver si ahora vas a generar muchos más personajes que me sustituyan.
— Sabes que ninguno te puede sustituir. Tú eres Bill Buganvilla. No hay otro.
— Ya, pero hay personajes que me adelantan por todas partes.
— Pero ninguno te sustituirá, prometido.
— Mira, no sé por qué, pero en esto te creo.
— Gracias. Ahora creo que voy a dejar la entrada aquí. Has conseguido que tenga que hacerla en varias partes.
— Agradécemelo. Con la sequía de ideas que estás teniendo y lo disperso que estás estos meses, el tener algo de lo que escribir, aunque sean estas tonterías, te viene bien.
— Tienes razón. Pero hazme un favor: no lo vuelvas a llamar tonterías, ¿vale?
— Vaaaaaaaale. Perdona.
— Vaaaaaaale, te perdono. Voy a despedirme y mañana seguimos con esto, ¿te parece?
— Me parece. (Como si alguna vez hubieses tenido en cuenta lo que me parezca a mí).
— (Haré como que no te he leído).
…pues esa fue la primera imagen, la que sirvió de base, para llegar al «verdadero» Billy Buganvilla. Pero como ya he quedado con él, seguiré con la historia mañana. Que tampoco es plan de que los dos o tres que aún me leéis os canséis de hacerlo.
— No se lo tengáis en cuenta. En el fondo es buena gente.
— Billy, por favor…
— Vaaaale. Ya me callo.

