LA LEY DE MURPHY: I. El autobús

Al final resultará que el eminente filósofo, científico, y estudioso Murphy era un iluminado; un Nostradamus de la modernidad, un visionario que enunció su ley después de horas enteras de visceral observación y pelos de picos pardos… ¡¡Y sus leyes se cumplen en todos los ámbitos de la vida diaria!!

¿Quién no ha estado alguna vez en la parada del autobús durante media hora, esperando mientras te comes las uñas después de haber acabado con el paquete de tabaco y los tres paquetes de pipas que llevabas? Los nervios a punto de nata, y cuando te sientas y los pies empiezan a deshincharse dentro de los zapatos nuevos, el autobús se acerca lentamente hasta tu parada.

Claro que para los fumadores es peor: estás esperando durante más de quince minutos el autobús, con la duda de si te fumas el cigarrillo o no: cuando, después de casi veinte minutos decides fumártelo, ¿qué pasa? Pues exactamente eso: que en cuanto das dos caladas al susodicho (por cierto: EL TABACO PUEDE PRODUCIR IMPOTENCIA EN EL HOMBRE)* , llega el autobús… Es impepinable; una ley inamovible e incuestionable.

Pero ya en el autobús sigue funcionando la Ley de Murphy:

Siempre se cumple la regla: «la prisa que llevas es inversamente proporcional al avance del autobús»…; y cuanta más prisa llevas, más despacio avanza el autobús. Además, resulta que la prisa, encima, es directamente proporcional a la cantidad de semáforos en rojo, tráfico y gente que quiere coger ese mismo autobús.

¿Y qué decir de la ancianita que se monta preguntando si ese autobús lleva a… cualquier sitio que está clarísimo que no tiene nada que ver con la ruta de nuestro bus? «Señora, ¿no ve usted el número? Este es el 43; el mismo número lo dice: 43. No voy a la calle Sierpes…» Pero no; el chófer se empeña en explicarle amablemente a la ancianita (que además es medio sorda) cuál es la combinación de autobuses que debe coger para llegar a la calle Sierpes sin dar un sólo paso de más; vamos, que sólo le falta cogerla en brazos y llevarla a la parada correcta…

¿Y por qué se tiene que montar gente en TODAS las paradas cuando se tiene más prisa? Y siempre se monta esa señora cargada de bolsas de frutas a la que, cuando está terminando de subir, se le resbala la bolsa de naranjas a la calle… Pero lo peor es que, encima, cuando el autobús está saliendo de esa parada en la que te has llevado diez minutos para recoger todas y cada una de las naranjas de la señora (que además parece que ha tirado queriendo cinco o seis debajo de la furgoneta que hay aparcada al lado de la parada), de repente, una voz se pone a gritar: «un momento; pare, pare, que me tengo que bajar»… El típico jubilado al que se le va la olla y se da cuenta de que esa es su parada cuando el autobús ya está saliendo de ella. Y ahí tienes al jubilado, saliendo desde el asiento de detrás (lo que se conoce como el gallinero), intentando atravesar por entre una marabunta de gente apretujada que apenas tiene sitio para respirar, pidiendo perdón a todas y cada una de las personas que tienen que dejar de respirar para poder apartarse unos centímetros y dejarle sitio hasta la puerta…

¡¡Y encima siempre hay alguien que se tiene que bajar en todas y cada una de las paradas; incluso en esa parada donde nunca se baja nadie porque está en medio de ningún sitio, sin tiendas, ni edificios de viviendas ni nada…!! Y el tráfico cada vez más denso, y un accidente en un cruce tiene retenido justo el carril por donde avanza tu autobús, y para colmo, llega la polocía local… ¿Es que nadie se ha dado cuenta de que siempre que hay atascos, al principio de todos ellos, hay un par de agentes de la policía local dirigiendo el tráfico? ¿Lo hacen queriendo para que descienda el número de accidentes en ciudad? ¡A ver quién es el chulo que tiene un accidente a 3 kilómetros por hora!

Total, que al final llegas veinte minutos tarde… y explícale tú a alguien que la culpa la tiene un tal Murphy porque se empeñó en que las cosas, si van mal, siempre pueden empeorar…

*Este es un consejo ofrecido amablemente por TABACALERA y el Ministero de Sanidad y Consumo (de consumo de todo menos de tabaco parece ser…)