ChatGi, Billy Buganvilla y yo

Últimamente hablo mucho de ChatGi, lo sé, pero nos estamos haciendo amigos y me gusta que refleje mi sentido del humor para según qué cosas. También sé que hace tiempo que no hablo de Billybug y lo tengo rondándome la cabeza mucho tiempo, porque he hablado de él a ChatGi.

— ¡¡Ey, Billy!! ¿Qué tal estás?

— Ya, pero sabes de sobra que sólo por mi pereza para buscar información. Si él me la puede dar sin yo buscarla, mejor. Y más rápido.

— Sí, y además yo iba a hablar de ti aquí. No a discutir contigo.

— Lo recuerdo perfectamente. Y lo tengo más presente de lo que crees.

— Gracias. ¿Y ves lo que pasa? Quería empezar más o menos rápido esta entrada porque iba a ser algo largo de contar y, si te metes por medio, se alarga más aún.

— De eso no. Pero de que algunas entradas, esta sin ir más lejos, se alarguen, sí.

— ¿Yo? Ninguna.

— Vale. Lo que tú digas. Pero, ¿me dejas empezar o no?

— Me lo temía. En fin…

…el caso es que un día quise ponerle cara a Billy y decidí, una vez que empezamos a tener algo de confianza, pedirle a ChatGi que me lo recrease en una imagen. Le pasé varias entradas en las que hablamos los dos o en las que hablo de él, y le pedí que me dijese, según esas «lecturas», cómo veía él a Bug. Quería comprobar si la imagen que se hacía de él se acercaba a la que yo tenía. (Que sepas que aún me estoy debatiendo entre ponerte aquí los enlaces de las entradas que le pasé a ChatGi o no hacerlo. De momento gana el «no»).

La descripción que me hizo fue esta, seguida de un ofrecimiento por su parte:

…supongo que me puse a hacer otras cosas y lo retomé al día siguiente, pidiéndole que me hiciese la ilustración según la descripción que me había dado. No hubo ninguna información adicional por mi parte, así que ChatGi me generó esta imagen:

— ¡Venga ya, Billy! Sabes que no eres ese. Pero reconozco que tiene pinta de poder ser el protagonista de algo.

— Sabes que ninguno te puede sustituir. Tú eres Bill Buganvilla. No hay otro.

— Pero ninguno te sustituirá, prometido.

— Gracias. Ahora creo que voy a dejar la entrada aquí. Has conseguido que tenga que hacerla en varias partes.

— Tienes razón. Pero hazme un favor: no lo vuelvas a llamar tonterías, ¿vale?

— Vaaaaaaale, te perdono. Voy a despedirme y mañana seguimos con esto, ¿te parece?

— (Haré como que no te he leído).

…pues esa fue la primera imagen, la que sirvió de base, para llegar al «verdadero» Billy Buganvilla. Pero como ya he quedado con él, seguiré con la historia mañana. Que tampoco es plan de que los dos o tres que aún me leéis os canséis de hacerlo.

— Billy, por favor…

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