Buenos deseos

Periodo estival. A las alturas que estamos, algunos se van de vacaciones, otros vuelven, algunos esperamos pacientemente nuestro turno… pero hay algo que, al menos en donde trabajo, se repite: a los que empiezan sus vacaciones, durante su «última» jornada laboral se les pide, en broma, que no refrieguen eso de que se marchan; cuando ya les llega la hora de irse, son unánimes las frases de «que te lo pases muy bien», «que descanses», «desconecta»… Oye, y a mí me gusta ese deseo sincero de que otro esté bien.

Pues eso, deseemos siempre lo mejor para los demás. Egoístamente, saldremos ganando porque, si deseamos cosas buenas para los demás, los demás las desearán para nosotros. Y es mejor que mucha gente nos desee parabienes a que sólo nos los deseemos nosotros mismos. Yo no soy de ciencias, pero los números me salen.

Ahora que han empezado las Olimpiadas, huyendo de polémicas, comienzo este «diario de verano», que no será diario seguramente, aunque sí sea durante el verano. No sé, me hace ilusión; por eso he dejado las entradas normales en la sección «Inicio» y me he sacado este «Ocurriario de verano» de la manga para juntar aquí todas estas entradas estivales.

Pues eso: ¡¡FELIZ VERANO!!

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