No me gusta que se acaben las vacaciones. Pero no porque se me acaben a mí, sino porque unos días antes la gente empieza a volver y me gustan las ciudades vacías de los meses de agosto. Conducir sin atascos, tranquilamente, poder pasear por el centro de la ciudad sin aglomeraciones, ir a comprar sin tener que hacer colas inmensas… Un poco entiendo a las gentes de las zonas de turismo, aunque jamás apoyaré ese odio repentino que los medios de comunicación contribuyen a exacerbar contra los turistas (y este año le ha tocado a las gentes de Madrid), porque idiotas y maleducados hay en todas partes, todos los días del año.
Yo, sin embargo, empiezo ahora mis vacaciones con expectativas que nunca cumplo: leer mucho, escribir algo, actualizar o avanzar proyectos pendientes… Pero seguiré con este «Ocurriario de verano» hasta que acabe mi periodo estival, dentro de algunas semanas, con la «Carrera Nocturna del Guadalquivir», que correré, por supuesto.
Antes de que acabe el día espero poder subir, por fin, a Amazon, la versión definitiva de «Los tinteros vacíos…», ya con las ilustraciones que abren cada relato, obra de mi hermano José, que ha estado trabajando en ellas, con una paciencia infinita, aguantando mis continuas sugerencias sin criterio. Ya iré contando cosas.
Como dicen algunas personas por redes, ahora que empieza el curso, «Feliz año nuevo». Yo lo empiezo de vacaciones.