2025

Puedo decir que mi año nuevo no empieza hasta que pasan las Navidades, que se van marchando junto a los Reyes, camino de Oriente, tras dejar regalos, sonrisas, noches de nervios, ilusión y buenos deseos.

A pesar de que este año ha sido una Navidad extraña, reconozco que siempre queda un rescoldo de espíritu navideño en mi ánimo, por más que las circunstancias quieran taparlo. Porque la alegría siempre se abre camino aunque a veces le cueste.

Este año no he hecho propósitos… bueno, uno sí: tratar de correr más, porque me ayuda a mantener mi cabeza despejada. Aparte de ese, sólo poner en práctica lo que he aprendido a base de golpes: saber sacarle el máximo provecho a los buenos momentos, a las sonrisas, a las pequeñas alegrías de cada instante. Exprimir lo que yo llamo «las caricias de Dios», aunque la parte pesimista de mi espíritu espere siempre algo desagradable detrás de eso. Al final del dolor, al fin y al cabo, siempre quedan trozos de felicidad que van tapando las heridas, cicatrizándolas. Y eso es lo que deberíamos tener siempre presente.

Aprovechar los buenos momentos, decir mucho «te quiero» o demostrarlo, tratar de ser feliz con los que eliges serlo y compartir esa felicidad con ellos, besar y abrazar todo lo que nos dejen, y huir de las circunstancias y las personas que nos quiten la paz. Todo eso deberían ser los propósitos para este 2025.

Y voy a tratar de hacerle caso a esta columna de Enrique García-Máiquez, aunque empiece con una semana de retraso, igual que mi año.

Así que, a ti, que eres de las dos o tres personas que me lee aún, ¡¡feliz año nuevo!! Que la felicidad te encuentre sonriendo y las sonrisas se te escapen sin medida.

Un comentario en “2025”

  1. Esti says:

    Feliz Año, JUANMA!!!
    Me encantan tus palabras.

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