Elucubrar

Ya sé que los diarios se suelen escribir de noche, cuando ya ha pasado todo el día y puedes resumirlo de alguna forma; pero esto, en realidad, se llama «ocurriario» desde el principio, o sea, un diario cuando se me ocurra. Así que aquí ando escribiendo, a estas horas del mediodía, porque me apetece, y mientras espero que acabe la lavadora.

Sigo corriendo. Sé que llego muy tarde, como siempre, a la operación bikini, pero ahora mi objetivo es tratar de hacer diez kilómetros en cincuenta minutos, el doble de lo que tardan los atletas profesionales (claro que ellos entrenan el triple que yo, aunque si yo entrenara lo mismo que ellos probablemente seguiría yendo igual de lento).

El caso es que, mientras corro, como el cerebro está más preocupado en mantener mis constantes vitales funcionando para que no me dé un parraque (me encanta esta palabra) , la materia gris se queda como sin piloto, o con el auxiliar que está de prácticas, y a uno le da por componer musicales, inventar historias o, simplemente, hacerse preguntas profundamente filosóficas sobre el sentido de las cosas. Por ejemplo, si seguimos la evolución de la moda, ¿en qué momento alguien decidió que el hombre debía llevar pantalones y la mujer falda si, pensándolo morfológicamente, debería haber sido al revés? Medítalo, tú que eres de las dos o tres personas que me lee. Y, por favor, si tienes alguna respuesta, no dudes en compartirla conmigo. Gracias.

Un comentario en “Elucubrar”

  1. LUIS ALEJANDRO PARRA JIMÉNEZ says:

    Mucho me temo que la culpa se la va a llevar, entre otros factores, el caballo … y es que como decía el otro: «las drogas hicieron más mal que bien».

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