…aquí, al otro lado, 2

Hace ya más de seis años (reconozco que lo he mirado, porque el tiempo empieza a coger carrerilla y, cuando uno piensa en algo pasado, siempre cree que fue hace poco, pero no…) escribí esta entrada sobre cuando era un poco más joven que ahora y me cruzaba con gente aún más joven todavía durante los días de feria.

Ayer viví otro capítulo de ese «otro lado». Fui a la Feria del Libro a comprar el último de mi amigo David J. Calzado, que es una obrita con algunas canciones y poemas para público infantil, con unas ilustraciones muy bonitas y bilingüe. Me volví sin él, porque se habían acabado, así que la decepción se trocó en alegría por el éxito de ventas. Esperaré a que lo presente para hacerme con él; no hay problema.

El caso es que David, que hace años es profesor de secundaria, al terminar su turno de firma de ejemplares en la caseta, salió a saludar a la gente y, de repente, mientras hablábamos, hizo lo propio con tres jovencitas (sé que ha sonado a persona mayor, pero es lo que hay…) que se acercaron a él. Durante los saludos escuché que ellas habían sido alumnas suyas y que habían acabado el instituto hacía ya tres o cuatro años.

En un momento dado, David se dirigió a mí, que contemplaba la escena embelesado, y me presentó como un buen amigo del instituto…, pero de cuando estábamos en el instituto nosotros, estudiando, aclaró. Y eso me hizo volver a recordar que ya estoy en el otro lado: el lado de quien ya no está estudiando y que tiene amigos que conoció durante esos años en los que éramos jóvenes y alocados, que se dice, y que, a su vez se dedican ahora a impartir esas clases. Somos «los otros»: los que nosotros veíamos en aquella época como los adultos, los mayores, los viejos…

Oye, pero qué bien nos conservamos. Lo mismo no somos lo que soñábamos ser en aquellos años, pero hemos llegado hasta aquí y pretendemos seguir avanzando hasta donde nos dejen…, aunque ya nos vean como «los otros».

Un comentario en “…aquí, al otro lado, 2”

  1. Isabel Valiente says:

    Me ha encantado esta entrada, y tus palabras, siempre emocionan y como bien dices estamos aquí, que es lo que importa

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