2022

Volver a las rutinas

Andaba dándole vueltas a qué escribir para volver a obligarme un poco a actualizar esto de vez en cuando, pensando en lo necesarias que son las rutinas para anclarnos a la realidad; para ayudarnos a avanzar, sin perdernos, sobre caminos conocidos que nos lleven a vislumbrar, aunque sea de lejos, alguna meta…, y de repente me encuentro con este artículo de Enrique García-Máiquez, en el que habla sobre el poemario «Galgos«, de María Martínez Bautista, y del que destaca, entre otros, este verso:

«Hay algo ritual en la rutina».

Y he recordado una conversación con mi padre de hace algunos días, a colación de los fastos multitudinarios y pomposos en commemoración del setenta aniversario de reinado de Isabel II. A él le parecía todo un despilfarro tanta ostentación , tantos actos cargados de boato y lujo, y tenía razón. Pero le argumenté que una sociedad necesita de sus ritos para recordar quiénes son, de dónde vienen y cuál es su historia, aunque sea de vez en cuando. Igual que los ritos católicos, que nos recuerdan que lo que allí se está produciendo es algo importante, que nos supera a nosotros como meros espectadores pero que nos ayuda, de alguna forma, a ser partícipes.

¿Y a qué viene todo este rollo? Pues, simplemente, a que voy a intentar, de nuevo, otra vez, como cada vez desde hace muchos años, volver a esta rutina de la web. Que lo consiga o no, como he escrito siempre que he escrito sobre ésto, ya es algo que nos responderá el futuro, ¿no?

2014

Una de «historia»: Diario de un apenao

diarioapenao0Hace muchos, muchos años que creé La Hipocondria, esta página personal. Le he dado muchos cambios, ha tenido muchas secciones, muchos contenidos que he ido eliminando, muchas historias….

Esta tarde, repasando mis archivos del pleistoceno sobre alguno de esos cambios en la web me he encontrado esta sección que traté de crear para una de esas versiones: «El diario de un apenao». Por supuesto, no llegó a buen puerto, pero la historia me hacía gracia cuando la escribía, y me apetece compartir los pocos «capítulos» que resultaron del experimento; así que los iré añadiendo, tal vez de uno en uno o de dos en dos, a la sección de RELATOS.

Este era el prólogo a todo:

diarioapenao

2014

Sin musas

musasÚltimamente ando algo dejado en esto de escribir de vez en cuando. Mis musas se han ido de vacaciones, o al menos espero que solo sea eso.

El caso es que hace tiempo que no hablan conmigo. Debo estar en zona de poca cobertura o ellas haber perdido mi número de teléfono, pero no nos comunicamos.

A veces tengo la tentación de escribir aquí sobre todo lo que se me ocurre, política y fútbol incluídos, a pesar de que cuando abrí esta página me dije que no quería convertirla en un lugar en el que entrase a «discutir» con nadie. De hecho aún me lo planteo. Hace algunos años tuve una página así, y reconozco que me gustaba, pero el estar cabreado, molesto o en tensión es algo que cansa y estoy ya muy mayor para discutir…, aunque, por otro lado, hay otra parte de mí que también dice que estoy lo suficientemente mayor como para no dejarme llevar por lo que otros crean que debo pensar.

Esa es la dicotomía en la que me muevo ahora mismo.

De todas formas, desde aquí quiero hacer un llamamiento público a mis musas, por si me leen desde donde estén: ¡¡Volved, por favor!! Os echo de menos.

2013

…y otra vez, de nuevo…

escribiendoMe lo repito muchas veces, y bastantes de ellas las he escrito ya en esta página.

Reconozco que soy bastante perezoso y necesito algo que me empuje a hacer cosas que quiero hacer y que no hago. De nuevo, hoy, martes 12 de febrero, vuelvo a proponerme escribir algo todos los días aquí. Si lo hago en Twitter, ¿por qué no extender un poco el tamaño de un tuit para llenar esta página?

Intento, fundamentalmente, obligarme a una rutina. Desoxidarme y volver a escribir de verdad, cosas serias, cosas divertidas, cosas tontas, cosas íntimas, cosas trascendentes e intrascendentes…, en definitiva, escribir.

Y hay muchas cosas sobre las que escribir, y sé que, tal vez, muchos de los (tres o cuatro) que puedan leerme estarán totalmente en contra de algunas de las cosas que escriba, pero para eso esta es mi página, para escribir lo que me dé la gana.

Por encima de todo, sin embargo, necesito volver a escribir, así que usaré esto para volver a coger carrerilla, por eso, de nuevo y otra vez, me planteo hacerlo cada día, aunque sea una línea, un pensamiento, una tontería, una frase… Lo que sea.

Si algo podemos sacar en claro de esto, bienvenido sea.

2010

…y otro cambio

Pues sí, he cambiado de nuevo el diseño de la página. Me apetecía darle algo más de luz, algo más de color…

Por supuesto, operativa, operativa, al cien por cien, tardará en estar un tiempo. Espero que poco, pero ya me conocéis. Quiero ver si consigo que este cambio dure al menos todo este año 2010.

La verdad es que este año no ha empezado muy bien, sobre todo para algunas personas cercanas. Espero que todo se vaya enderezando poco a poco.

Si rezáis, os pediría desde aquí unas oraciones por el padre de una amiga que lo está pasando muy mal. Si no rezáis, que hagáis lo que sea que hagáis cuando lo estáis pasando mal. Toda ayuda, energía o ánimos por muy lejanos que sean, tal vez sirvan de algo. Es un pequeño favor que os pido.

Por cierto, después de muchos avatares (ahora que está de moda la peli de Cameron que aún no he visto, dicho sea de paso) he decidido tener mi propio dominio y mi propio espacio web. Así que esta web ya será visible en internet con las direcciones lahipocondria.com y juanmasuarez.com. Un pequeño capricho.

Lo del TWITTER aquí a la derecha, pues otra tontería. He visto que algunas páginas lo tenían y me he dicho, ¿por qué la mía no? En realidad no sé exactamente para qué sirve…, vamos, que yo, personalmente, no le encuentro utilidad, pero ahí está. Nunca se sabe…

Y ya sabéis: nos vemos en los bares, y hacedme un favor: sed felices.

2005

¿Ocurriario?

Alguien puede preguntarse el por qué de este nombre extraño: bueno, siempre me ha gustado creer que puedo inventar palabras (la facilidad con la que logro engañarme a mi mismo a veces me asusta), y esta es una de ellas. Sabía perfectamente que ésto no iba a ser un diario estrictamente, porque también estaba seguro de que no iba a escribir en él todos los días. Así que porqué no fundir la palabra diario con la idea de «cuando se me ocurra algo». Seguramente así nacieron sacacorchos, puntapié, tocadiscos, cuentagotas…