Cambios de hora

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Jugar a Regreso al Futuro

Pues ya estamos otra vez con los cambios de hora. En teoría esta noche, los listos que se encargan de esto, te dejan dormir una hora más, pero no saben que, llegados a cierta edad, a tu cuerpo le da lo mismo lo que marque el reloj; cuando llevas una serie de horas en la cama, los ojos se abren, el cerebro se activa y, por mucho que le digas «vamos a dormir un poco más, que es muy temprano», él ya tiene a las tres neuronas a tope.

Y aquí estamos, a las 8:50, duchado, casi desayunado, y escribiendo. Habrá que aprovechar la hora que nos regalan los listos que se encargan de esto porque dentro de seis meses nos la robarán de nuevo. Y así hasta que alguien se decida a dejar de mover los relojes y que el tiempo siga su curso normal y natural, porque esto de jugar a Marty McFly en versión cutre, no sé a vosotros, pero a mí me genera eso que los que hacen viajes largos, muy largos, muy muy largos, llaman jet lag; o sea, dos días en los que el cuerpo no sabe exactamente qué está pasando y tú tienes que ir explicándole que hay que cambiar un poco los ritmos.

Sí, la edad es muy mala para según qué cosas.

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