La feria

Tres o cuatro veces he escrito y borrado esta entrada a lo largo de la feria. Siempre me quedaba algo largo, negativo, demasiado hiriente o con un tono muy agrio. Y ahora, que ya ha acabado la feria y que he pasado dos días donde todo ha sido más importante y luminoso que cualquier otra cosa, no me apetece polemizar nada, así que diré pocas cosas.

A los que cada año critican la feria les animo a visitarla sin prejuicios, despojados de tópicos y con ganas de pasarlo bien y mezclarse con la gente. Os aseguro que venir en tu propia burbuja de superioridad, con el aire de un profesor apunto de corregir exámenes no es lo mejor para divertirse, sea la Feria de Sevilla o la verbena de tu pueblo.

Yo, que hace algunos años que soy un sevillano atípico, que no vive la Semana Santa ni la Feria, defenderé siempre a ambas, aunque piense que hay cosas mejorables, como en todo lo humano. Y no permitiré que venga nadie de fuera a decirnos que somos tal o cual porque está tirando de sus propios tópicos y prejuicios.

Y sí, lo diré siempre: el traje de gitana o de flamenca es el traje regional que mejor sienta a las mujeres de todo el universo. Y de ese caballo no me bajará nadie.

Ya polemizaré en otro momento. Ahora mismo, la verdad, no me apetece.

Crédito editorial: JulioRV / Shutterstock.com

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