Madrid, 12 de noviembre

Fue una bonita experiencia. No salió como yo habría querido porque elementos propios y externos lo impidieron. Digamos que las circunstancias se impusieron a los deseos… y como diría Mayra Gómez Kemp, «hasta ahí puedo leer» (o «hasta ahí QUIERO leer»).

Por otro lado, me lo pasé muy bien. Por fin pude tener esa experiencia de plató, fría, nada que ver con los bares y locales con público y copas. Nada que ver.

Eso sí, la sala de maquillaje me impactó, porque la gente que trabaja allí es genial. Siento no acordarme de los nombres de todas, pero Laura (no creo que leas ésto, pero si lo haces…) «gracias por la paciencia, por tu afán de eliminarme los brillos, por tus clases aceleradas de maquillaje, y por mantener la calma». No recuerdo el nombre de quien me lavó la cabeza (sí, en Paramount, en la sala de maquillaje, me lavaron la cabeza), pero me encantaron tus masajes. Sigue en pie lo de contratarte.

A Patricia, la regidora, sevillana de Rochelambert (¿no?), gracias también por el empeño; por tratar de que todo saliera bien, por tratarnos tan bien, también por la paciencia infinita, y, sobre todo, por empeñarte, a pesar de todo, en que aquéllo saliera. Para mí, me quedo con la «señal sudor» (si comenzábamos a sudar durante la grabación, Patricia nos lo indicaría con un gesto para que, aprovechando algún aplauso del público, nos lo secaramos con delicadeza, por aquello del maquillaje), y con los aplausos que tú arrancabas para que todos te siguieran (sí, éso, a pesar de los nervios, se nota). Pero sobre todo, Patricia, gracias por el momento «soy una taza, y una tetera, una cuchara y un cucharón…» detrás de las cortinas, justo antes de que yo saliera.

Por supuesto a los compañeros que grabaron conmigo (David, Quim, el gran Miguel Lago…, lo siento no recuerdo los nombres de todos, pero me acuerdo de vosotros); a Juan Solo, que nos dió ánimos y estuvo un rato con nosotros; a Diana Navarro, que pasó por allí y nos ofreció la oportunidad de comprobar que es igual de guapa en persona que en la tele, aunque más alta; a Pepón, tío me flipa tu pelo, que también estuvo un rato con nosotros dándonos ánimos y contándonos cosas…; a todos, gracias.

Me dejo un montón de gente en el tintero: Tomás, Rubén, David Navarro, la versión guapa de Eva Hache (no sé cómo se llama, pero los que trabajan con ella sabrán quién es); todos los que, de alguna forma, pasaron por allí mientras esperábamos a grabar…

Esta primera vez ha sido una toma de contacto. Prometo volver, pero la próxima para quedarme…

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