Mientras imagino. En obras…

Desde que he dado por (casi) terminada la revisión de mi «Los tinteros vacíos…», ando dándole vueltas a varias historias por escribir; dos o tres largas y varias cortas.

Una de las historias largas parte de uno de los relatos de «Los tinteros..»: Redención. Escribí ese relato en la universidad y aún me sigue gustando. He encontrado un par de relatos más que giran en torno a este, desde otros puntos de vista y otros personajes. Incluso encontré un comienzo que quiso ser la historia de Adán Cazcaleo, al que se nombra en ese cuento como de pasada…

Otra de las historias tiene, en mi cabeza, nombre de mujer: Elena. También hay un relato que podría servir como de prólogo y que escribí después de empezar a pensar en Elena. Pretendía que fuese algo distópica, y surgió de un sueño que tuve sobre una mujer que escapa de algo, hay personas que son casi robots, langostas que diferencian a los humanos de los no humanos posándose sobre ellos, gente pasando hambre, gobernantes esclavizando a su pueblo, una huída… ESTO (sí, por si acaso te lo aclaro: la palabra es un enlace a la historia de la que hablo) empezó siendo una especie de relato sobre un futuro de pandemias y seres humanos miedosos, y acabó, no sé cómo, desembocando en Elena.

La tercera historia larga sigue siendo «Donde la luna duerme», con mis niños Ben y Molly, su gran danés Gandalf, Ezequiel, la oruga Wak, la vaca Claudia, unas piedras mágicas, una cueva donde la luna descansa… Sí, llevo años queriendo escribir una historia infantil-juvenil como de aventuras y magia. De esta tengo escrita la primera parte, pero reconozco que me cuesta avanzar, aunque lo haré tarde o temprano.

«Los hacedores de rayos» también me revolotea de vez en cuando, aunque más lejanamente, por la cabeza. Surge de algo que hablé por Tuiter (sí, lo seguiré llamando así) con la autora Patricia García-Rojo, unas obras que ella oía desde su casa y el zoo. Escribí un comienzo que le mandé, y me retó a continuarlo. Ahí sigue… en barbecho.

¿Y las historias cortas? Hay varias también ahí dentro: la de los pintores de líneas, la del banco, la de las sombras…, y hace un par de días se me cruzó una por la cabeza que se titulará «Lucía» (de momento), el nombre de mi sobrina y ahijada de diez meses. Me temo que será una historia algo triste, pero donde habrá mucho amor de fondo; se me ocurrió el sábado, mientras la dormía en mis brazos, paseándola por mi terraza, susurrándole canciones. Creo que es lo siguiente que escribiré porque la tengo completa en mi cabeza aunque siga dándole vueltas a detalles.

El autor Pedro Ugarte, del que ando leyendo ahora mismo su último libro de relatos, «Un lugar mejor», ha tenido parte de culpa, porque sus relatos son muy del día a día, muy pegados a la realidad, y tal vez me haya empujado un poco a este de «Lucía». Ojalá esté a la altura de lo que espero en realidad.

Mi amiga Natalia, después de leer mis relatos de «Los tinteros vacíos…» me pidió que siguiese escribiendo, pero que no hiciera nada como el relato «Saya», porque realmente era muy triste. Creo que con este voy a decepcionarla un poco, aunque espero arreglarlo con algunos otros.

De momento andamos en obras, buscando los cimientos de todas estas historias. Empezaremos a construir…

Un comentario en “Mientras imagino. En obras…”

  1. Esti says:

    Eres un crack!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *