Alguien puede preguntarse el por qué de este nombre extraño: bueno, siempre me ha gustado creer que puedo inventar palabras (la facilidad con la que logro engañarme a mi mismo a veces me asusta), y esta es una de ellas. Sabía perfectamente que ésto no iba a ser un diario estrictamente, porque también estaba seguro de que no iba a escribir en él todos los días. Así que porqué no fundir la palabra diario con la idea de «cuando se me ocurra algo». Seguramente así nacieron sacacorchos, puntapié, tocadiscos, cuentagotas…