Esta mañana he estado leyendo el libro «Una pena en observación», de C.S. Lewis. Un libro íntimo, personal del escritor, tras la muerte de su esposa.
Lleno de reflexiones y de vivencias, Lewis desnuda en él sus pensamientos, sus dudas, sus iras, sus desencantos, su forma de ver las cosas… Y hay muchas, muchísimas frases para pensar. Esta es una de ellas:
En nosotros, los hombres, es una arrogancia llamar «masculinas» a la franqueza, la justicia y la caballerosidad, cuando se dan en una mujer. Y en ellas es arrogancia adjetivar de «femeninos» el tacto, la ternura y la sensibilidad de un hombre.
Tal vez no sea políticamente correcto, pero debo reconocer que, por fin, alguien de la talla de C. S. Lewis ha sido capaz de expresar mucho mejor que yo lo que siempre he pensado sobre este tema.