Supongo que hasta dentro de cuatro años no volveré a escribir nada tal día como hoy en ningún sitio, pero bueno…
En realidad quería dejar constancia de que esta tarde, terminando de diseñar el nuevo aspecto de esta página, y por ende el del «Libro de Visitas», he descubierto algo que no sabía que tenía: una sección de «mensajes privados» dentro de ese libro de visitas. O sea, mensajes que la gente podía mandarme sin que saliesen publicados.
Quería pedir disculpas, fundamentalmente porque no sabía que existía esa posibilidad en mi libro de visitas, y porque hoy, cuando lo he descubierto, he visto que tenía algunos mensajes desde hace bastante tiempo. El primero de ellos de enero de 2006, de mi hermana. Los demás, de algunos amigos que espero que no se hayan enfadado por no contestarles, aunque supongo que no porque los he visto después.
De cualquier manera, ya he subsanado el error: he quitado la opción de enviar mensajes privados dentro del libro de visitas, así que si queréis hacerlo, podéis usar el móvil, mi dirección de correo, o lo más sencillo: una llamada de teléfono, me invitáis a un par de cervezas, y me lo decís cara a cara, que es más agradable, ¿no os parece? Pues nada, sólo una última vez: LO SIENTO, DE VERDAD.