Pos ya vamos p’allá

En fin, ya empezó de nuevo todo. Año nuevo…, bueno, no voy a continuar la frase, porque no me la creo. Yo, por mi parte, sigo estando como hace 12 días; eso sí, con un peluche con forma de ciempiés de más de dos metros de largo, un par de calcetines gruesos, un DVD con un concierto de mogollón de gente (por supuesto con Mark Knopfler y Eric Clapton entre ellos), un Trivial y alguna que otra cosilla de más… En cuanto al resto, no hay cambios reseñables…, y no sé, en realidad, quién puede esperar que una noche fría, como todas las de invierno, por haber comido hasta hartarte, engullido doce uvas al ritmo de un reloj, brindado con champán y haberte pasado toda la noche de fiesta, no sé quién puede esperar, decía, que una noche así le traiga una vida nueva. A mi, lo único que me trae es resaca…

De todas formas, bienvenida sea la rutina, que trataremos de afrontar con nuevas ilusiones, porque ésas sí que pueden cambiarse de vez en cuando…

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