Jueves, 23’00h., La Chocita del Loro, Madrid.
Por fin conseguí actuar en Madrid. Un pequeño capricho; me hacía ilusión, y la verdad es que la experiencia valió la pena.
No sé si es porque en Madrid la gente no conocía mi cara, no me habían oído nunca o porque allí están más acostumbrados a esto de lo monólogos, pero tengo que decir que se rieron más y aplaudieron más mi actuación de lo que suele ser habitual en Sevilla. Puede ser que en Andalucía la gente entienda más de humor y cueste más hacerles reír, o que no estemos aún educados para espectáculos de este tipo. No quisiera comparar nada, porque seguramente no sería justo, pero la realidad es que la experiencia me valió para salir un poco de la rutina de Sevilla, y con eso me sobra.
En cuanto a otras cosas, siempre que voy a Madrid tengo la certeza de estar en una gran capital. Un lugar donde hay personas de todas partes, donde no te sientes extraño cuando vas por las calles…, siempre tan llenas de gente de un lado a otro. Entiendo que la gente en Madrid se sienta el cenro de España: todo allí te da esa impresión, al menos a alguien que vive en una capital como Sevilla, donde parece que tienes que pedir perdón a las demás provincias por serlo.
También pude ver a Roberto Terán, uno de mis amigos de verdad, desde el instituto. Siempre es bueno poder volver la vista atrás con el presente ante tus narices, y ser consciente de que ambas cosas, pasado y presente, pueden caminar durante muchos años de la mano.
A Madrid volveré para actuar. Seguro.