2018

La fe de los niños

 

Me disponía a cruzar una carretera, esta mañana, de camino al trabajo. Detrás mía, una madre, con dos pequeños de la mano, caminaba hacia algún sitio.

Enfrente, por el asfalto, una furgoneta atravesaba delante de nosotros, tocando el claxon insistentemente. Al mirarla, pude ver a un hombre que asomaba la cabeza por la ventanilla del copiloto, saludando con la mano y gritando un nombre de mujer.

A mis espaldas, la señora de los dos niños se agachaba señalándole a los pequeños la dirección en la que la furgoneta se iba alejando irremediablemente. Estaba claro que la madre no era capaz de que la niña más pequeña entendiese qué quería que mirara, así que la cogió en brazos y, señalando ya casi al final de la calle, le dijo: «mira, allí va papá. Dile adiós». La niña levantó su manita y, por unos pocos segundos, dijo adiós a algo que estaba lejísimos, con el mismo entusiasmo con el que lo hubiera hecho de estar su padre delante de ella. Y siguieron caminando…

 

 

A menudo es complicado tratar de explicarle a alguien que no tiene fe qué es, a pesar de que esas mismas personas la tienen en distintas cosas: el hombre del tiempo, su equipo de fútbol, el amigo que les hace la declaración de la renta, una bruja, los posos de un café… Pues lo de esa niña pequeña, esta mañana, es fe: ese fiarte de alguien, por ser quien es, simplemente porque te lo dice, sin plantearte nada más.

Por supuesto, dependiendo de las aspiraciones vitales de cada uno, elegirá dónde depositar esa fe para que le sirva de apoyo y de guía. Y tendréis que convenir conmigo en que si las aspiraciones de alguien son a la Eternidad, solo hay un Punto al que sujetarse.

2018

Breverismos

Sí, he usado un acrónimo que me he sacado de la manga para titular esta entrada porque pretendo usarlo más veces en el futuro. Y me gusta la mezcla entre aforismo y brevería, dos vocablos bastante literarios. Estos breverismos primeros, como no podría ser de otra forma, tendrán algo que ver con la Semana Santa.

  • He vuelto a correr. Después de bastantes meses. Lo sé, soy un cobarde; el frío y la lluvia, antes, no me importaban para hacer deporte. Ahora, con la edad (sí, es una forma eufemística para no decir la pereza), prefiero los días de sol. Y sí, las agujetas del día siguiente han sido de cine.

 

  •  ¿He dicho ya alguna vez que me encantó la película «El gran showman»? La banda sonora es potente, de las que animan. Solo un consejo: si lo flipas tanto como yo, no la uses para correr. Dan muchas ganas, con ella sonándote en los oídos, de esprintar continuamente. Si estás en forma es perfecto, pero si estás hecho polvo, igual que yo, no es nada adecuado.

This is the greatest show

 

  • Llevo dos semanas sin entrar en redes sociales, salvo Instagram. Mi ánimo y mi tiempo me lo han agradecido mucho. He retomado un libro infantil al que llevo casi un par de años dándole vueltas en la cabeza y que ahora avanza poco a poco, pero con paso firme. Por supuesto, mi musa personal, Verónica, también tiene mucho que ver en esto.
    También estoy leyendo más de lo que lo hacía. Está claro que no hay color, aunque ya lo sabía, pero soy idiota, sí.

 

Enganchados a las redes sociales

  • Lo de volver a las redes sociales es algo que he pensado bastante. ¿Cómo hacerlo? ¿Dejo de seguir a la gente que tiene opiniones contrarias a las mías? Me quedaría solo con un par de personas o tres. ¿Empiezo a seguir a más gente con mis mismas ideas? Tal vez sea excesivo y aburrido. ¿Lo mejor? Dejar de leerlo TODO. Dedicarles solo un rato al día y no entrar en debates. Mis opiniones las expresaré en mis propias redes. Nada de discusiones. Se acabó.

 

  • Hay algo que me hace darle muchas vueltas a la cabeza: ¿por qué la misma gente que se empeña en visibilizar y jactarse de con quién se acuestan, que siempre he pensado que es algo personal e íntimo y que no le debería importar a nadie, es la misma que se empecina en que yo tengo que vivir mi fe de forma privada y oculta? Si lo suyo es una forma de vida, lo mío también.Antonio Corradini y sus velos

 

  • Cualquier ateo, en el momento en que acepta una mínima expresión artística, indirectamente, está aceptando a Dios. Eso, o admitimos que los garabatos de la mona Chita son igual de artísticos que las esculturas en mármol de Antonio Corradini o las pinturas de Dalí.El arte de Chita

 

  • Una cosita: los «muñecos» que los critianos sacamos a la calle en Semana Santa representan exactamente lo mismo que ese trozo de papel satinado que llevas tú en la cartera con la cara de una señora mayor.

 

  • Otra cosita, mínima: para un cristiano, el día más importante de la Semana Santa, es el Domingo de Resurrección, no la Madrugá.

 

  • ¿Qué nos está pasando con el humor?El gran Quino delimitando los límites del humor¿Nos estamos sintiendo ofendidos por cosas que antes no nos ofendían o de las que, simplemente, pasábamos? ¿Hay gente que está escudándose en el humor para insultar, humillar o dar rienda suelta a sus odios y traumas? ¿Dónde trazamos la línea? ¿Estamos dando demasiado altavoz a gente con escasa capacidad artística y excesiva necesidad de protagonismo?

 

  • Es conveniente que no confundas mi tolerancia con mi transigencia. Que acepte tu opinión no significa que te dé la razón.

 

Estas son las cosas tal y como yo las veo. No tienes por qué compartirlas. Groucho Marx decía: «estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros». Por supuesto, era humor. Yo diría: «estos son mis principios. Si no te gustan, búscate los tuyos».

2018

Pasando por lo alto

Como llevo una semana sin entrar en las redes sociales, voy enterándome de las noticias por la radio, mientras voy al trabajo por la mañana. ¡Y oye, que muy bien, ¿eh?!

También me entero de algunas otras cosas por los compañeros del curro. Hablaré de algunas que me han dado qué pensar así, como dice el título de la entrada, «pasando un poco por lo alto», sin entrar en muchas disquisiciones (que no me apetecen nada ahora mismo, aunque cualquiera de estas cosas daría para una entrada individual).

 

La adolescente y la viga.La chica y la viga Ya es una historia conocida: adolescente se sube a una azotea para hacerse foto colgada de una viga, adolescente se pone nerviosa y es incapaz de salir de ahí, bomberos tienen que ir a rescatarla… Hasta ahí, una chiquillada, una ida de pinza que, mirando las fotos, realmente tampoco era tan peligrosa a menos que allí soplara un viento de 120 kilómetros por hora.

Lo que me ha llamado la atención de todo esto es la cantidad de personas que se han apresurado a poner verde a la pobre chavala, llamándola de todo. Y me llama la atención porque parece que esas personas nunca han sido adolescentes. Ninguno ha hecho travesuras peligrosas. Todos han sido ciudadanos modélicos y responsables toda la vida.

Esa chavala tendrá suficiente con lo que le habrán dicho sus padres. No creo que necesite que miles de personas, que ni siquiera la conocen, la abronquen, la humillen, la insulten… En serio. ¿Y si dejamos de querer ser los padres de todo el mundo y nos preocupamos de no hacer el imbécil nosotros mismos?

 

Willy Toledo

Willy Toledo. Los tribunales la tienen tomada con él, está claro. De repente se ha cagado en Dios y en la Virgen, el pobre. ¿Qué opino? Pues que siempre consigue lo que quiere: atención mediática. Y eso, en España, es muy fácil, porque los que podríamos ofendernos con estas cosas somos muy torpes. Porque les seguimos el juego. Porque echamos espumarajos por la boca cuando alguna persona con necesidad de atención hace estas cosas de niño pequeño con berrinche, que es lo que quieren. Ya lo dice la sabiduría popular: «no hay mejor desprecio que no hacer aprecio». No sé en qué contexto diría esos exabruptos, pero él sabe perfectamente qué tiene que decir para que le echen cuenta, y lo hace. Porque, admitámoslo, no es más que eso: una pataleta de niño malcriado y caprichoso que quiere ser el centro de atención de los padres.

 

Una de redes. Manipula que algo queda

Qué fácil es crear un tuít falso y colgarlo en las redes, ¿verdad? En cinco minutos o menos tienes montada una noticia falsa o una declaración inventada. La sueltas en el proceloso mar de internet y, mientras que una persona busca si es verdad dicha información, un millón ya se han tragado la mentira y la están difundiendo por todas partes, casi al instante. Y la persona o el medio atacados no tendrán posibilidad alguna de borrar esa calumnia al cien por cien JAMÁS.

 

Stephen Hawking. El gran divulgador científico, llevándole la contraria a todos sus médicos, murió a la edad de 76 años. Fue un ejemplo de superación, de buen humor, de trabajo… para mucha gente. Decía no creer en Dios, pero trabajó en la Pontificia Academia de las Ciencias, donde resaltan «la enorme contribución científica que ha dado a la cosmología cuántica» y su fidelidad a la academia, en palabras de sus máximos responsables. Supongo que, ahora mismo, el bueno de Stephen estará comprobando de primera mano todas esas cosas que quiso desentrañar en vida; ha dado, por fin, con esa fórmula científica que lo explica todo. D.E.P.

Stephen Hawking y Pablo VI

2016

Agradecimientos

agradecimientos
Carlos Bardem siendo muy original

Sí, es una frase que pretende ser graciosa y ocurrente, pero es muy cansina.

«Los actores que agradecen sus premios a sus familias, ¿para qué ruedan? No les hace falta, ellos no actúan». Tampoco tiene sentido, ¿verdad?

¿No cree usted en Dios, señor Bardem? Muy bien, yo sí. Y Le agradezco lo que quiero y cuando quiero. No me venga con frases hechas, que ni siquiera son suyas, a tratar de menospreciar mis creencias.

¿Jugamos a algo? Usted dice que Dios no existe. Yo digo que sí. Al final de nuestras vidas, si tiene usted razón, yo habré estado equivocado durante 70 u 80 años; si el que está en lo cierto soy yo, usted estará equivocado por el resto de la eternidad.

¿Le sirve el hacer gracietas contra las creencias de cientos de millones de personas para ser más feliz o sentirse bien consigo mismo? Me parece perfecto, siga haciéndolas; eso le retrata a usted, no a la gente a la que pretende ridiculizar. Pero hágame un favor: no me diga a quién debo o no agradecer mis éxitos, mis logros, mis virtudes, mis dones, mi vida en general si quiero…

Le regalaré, señor Bardem, una frase de un poeta que un amigo ha rescatado esta mañana, por si le sirve de algo. Créame, espero sinceramente que sí.

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La eternidad siempre espera
P.D.: Me he tirado media tarde pensando si publicar o no esta entrada porque no quería que pareciese desdeñosa; creo que no. Eso sí, puedo asegurar que las cuatro primeras veces que la he escrito (y borrado) sí era bastante agresiva…
2015

Chelo

chelo

No existen, nunca existen, palabras cuando alguien se marcha.

Queda ese dolor seco, ese hueco roto, esa sombra que quiere cubrirlo todo. Y la pregunta siempre es por qué. ¿Por qué ahora? ¿Por qué de tal manera? ¿Por qué? Y nosotros, simples criaturas de barro, sentimos que algo dentro se resquebraja, se agrieta, se parte. Y nos ponemos frente a Dios y le gritamos, y le exigimos explicaciones, y le pedimos cuentas. Y algo dentro nos susurra que Él nunca nos ha pedido agradecimiento por cada día regalado, por cada alegría, por cada sonrisa que nos ilumina la vida.

chelo2Y entonces le pedimos lañas, lañas, Señor para este corazón resquebrajado, para este alma rota. Lañas que nos ayuden a seguir enteros aunque sea con cicatrices.

Y entonces hay una brisa que te acaricia, un beso leve que te dice al oído que, a partir de hoy, ya tienes otro aliado en el Cielo. Otros ojos que te estarán velando con más amor del que aquí abajo somos capaces, porque el amor del Cielo no tiene los límites físicos de nuestra existencia ni nuestra débil carne.

Dios escribe derecho con renglones torcidos.

Él sabe. Él conoce. Él nos indica cómo. El por qué, ahora, Chelo lo conoce. Nosotros lo conoceremos en su momento.

D.E.P.

2014

Dios

Cuando Denzel Washington dice en San Sebastián que su talento es «un don de Dios», hay gente que se rasga las vestiduras.

DenzelJamás entenderé ese odio, esa aversión, a que alguien pronuncie la palabra Dios. Se puede nombrar, sin ningún rubor, por ejemplo, al Ché Guevara, pero, ¿cómo se le ocurre al americno este decir que su talento viene de Dios? ¿Dónde vamos a llegar?

Uno de los mejores y más influyentes actores de Hollywood dice que cree en Dios, ¿y qué? ¿Acaso es peor actor por eso? ¿Peor persona? ¿O es que hay cosas en las que se puede creer y cosas en las que no? ¿Quién dictamina en qué hay que creer? ¿Los que te insultan cuando dices que tu talento es un don de Dios?

Mal vamos en una sociedad que pide respeto para según qué cosas y reprime según qué sentimientos porque hay alergia a cualquier manifestación que pueda parecer espiritual.

Mal vamos (ya lo estamos viviendo) en una sociedad en la que se quiere arrancar sin ningún reparo la parte trascendental del hombre, olvidándonos que sin esa parte no habría poesía, pintura, arquitectura, cine, teatro, música…

Mal vamos.