Un año más

Ayer (hace unas escasas tres horas), terminó mi trigésimo cuarto (que se dice pronto) cumpleaños. ¿Qué puedo decir? Primero, que me siento mayor. Segundo, que me siento afortunado, y mucho. No sé porqué, pero hay gente que me quiere, y me lo demuestra. Y desde aquí quiero darles las gracias:

(No voy a contar a mi familia, porque siempre está ahí, a pesar de todo. Nunca podré ser lo suficientemente agradecido con ellos. Nunca.)

Mari fue la primera en felicitarme (las 00:04 del día 12). Una de las personas con el corazón más grande y sincero que he conocido. «Ya te lo he dicho alguna vez: a pesar de algún que otro error que haya cometido, Mari, te quiero».

Luego llegó Ángel. «Awelo, ¿qué puedo decir de ti que no sepas ya? Quedan muy pocos como tú». «Ulisés, Uliseés, va volando por las galaxias, más veloz que una estrella fuugaz…» Como tú me dijiste una vez: «…por muchos años más.»

Antonio Ocaña, una de las personas más divertidas que conozco. Siempre recordaré nuestra serenata bajo una ventana cerrada.

Luego Shari, que sigue en mi vida, aunque ella no lo crea. Si tengo que ser sincero, por unos momentos durante el día perdí la esperanza de que me felicitara: luego, como siempre, ella misma se encargó de demostrar que me equivocaba. Si tengo que volver a ser sincero, Shari (yo soy el culpable de que se escriba así, y no voy a permitir que nadie me robe ese privilegio) es una de las personas a la que más quiero y a la que menos se lo he demostrado siempre, aunque espero que ella lo sepa. Alguna vez lo he dicho: «Shari, el día que de verdad sea algo o alguien, volveré a ir a por ti».

María, la «partenaire» de Antonio, aunque yo la conocí primero, jejeje. Aunque siempre tenga las manos frías, una de las mujeres más cariñosas con las que me he cruzado. «María, ya lo sabes, pero te quiero… y te sienta muy bien el olor a mora»… (con el permiso de Antonio…).

Pili…, ¿qué puedo decir de ella? A mí me vale con que esté haciendo feliz a una de las personas que quiero. Aparte de eso, es una de las mujeres más buenas que conozco (que no es poco en este mundo en el que vivimos hoy en día), y alguien a quien es muy fácil querer (o sea, «Ángel, apenas tienes que esforzarte en esto»…).

En serio, me llena de una inmensa alegría el saber que hay gente que me quiere, y siempre me he preguntado porqué. Uno hace muy pocos méritos (y mucha gente me dirá que no debería decir estas cosas, pero así las siento), para la cantidad de cariño que recibe. Y ahora os hablo a todos los que estáis en la «lista» de arriba, y a los que no estais pero que podéis daros también por aludidos y sabéis quiénes sois perfectamente: «os quiero. Siempre estaré agradecido a la vida por haberme puesto en el camino gente como vosotros para acompañarme, y aunque no sea capaz de demostrarlo, me siento inmensamente afortunado sintiendo que me tenéis en un huequito de vuestros corazones, aunque sea pequeño. Gracias, gracias, gracias. Y lo diré una última vez: me siento una de las personas más afortunadas del mundo. «¡Tiembla Bill Gates!»

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