El tour

tour2014Y hoy se acaba el Tour de Francia, con un italiano y dos franceses en el podio.

No recuerdo cuándo empecé a ver ciclismo por la tele, pero es posible que fuese culpa de un segoviano al que en Francia apodaron «el loco de los Pirineos«; un tal Perico Delgado.

Supongo que por esa época fue cuando empecé a coger la bici también, a hacer kilómetros, con amigos y solo. Muchos kilómetros.

Los moteros dicen que conducir una moto te da sensación de libertad. Tal vez, con algunas diferencias, es más o menos la misma sensación que tienes cuando pedaleas por la carretera sin más sonido que el de tus pedales y las ruedas girando sobre el asfalto.

Los que me conocen saben que siempre he comparado, de alguna forma, el ciclismo con el fútbol. Sé que, probablemente, no sea justo, pero desde que veo las distintas vueltas por televisión, he sentido admiración por esos tipos que compiten bajo la lluvia, bajo la nieve, con un sol de justicia, con una niebla impenetrable…; esos deportistas que se caen a 80 km/h en un descenso vertiginoso y, en lo primero que piensan cuando están en el suelo es en volver a montarse lo más rápidamente posible en su bicicleta; esos campeones que con huesos rotos son capaces de forzar su cuerpo para tratar de que olvide el dolor de la fractura y seguir adelante…

El ciclismo tiene mucho de épica, de la vida misma, de esa lucha del ser humano por crecerse en los momentos en los que estás hundido, de sobreponerse a los golpes, a las heridas… y, por ende, a ese sabor dulce de la victoria. Esa sensación de haber conseguido llegar a la meta a pesar de todos los obstáculos.

Mis veranos siempre han estado asociados al Tour, desde hace mucho tiempo. Y lo seguirán estando.

Ahora solo queda esperar 26 días para la Vuelta Ciclista a España. Este año la ganará un español, seguro.

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