Es algo que ya sabía, pero ayer, por primera vez, fui realmente consciente cuando descubrí mi perfil antes de ducharme. No me gustó nada esa curva pronunciada y redonda que se dibuja justo encima de la línea de mis gayumbos, así que he decidido tomar medidas drásticas: como prometí, y sigo manteniendo, que no iba a hacer régimen, me he 
puesto a arreglar mi bicicleta.
Ya sólo queda un detalle: conseguir llegar a los pedales, porque es un poco grande y tengo que conseguir bajar un poco el sillín para no parecer un llavero montado en una de esas bicicletas de circo. Estoy en ello, así que, en breve, os pediría que tengáis cuidado cuando salgais a la carretera con el coche (bueno, eso siempre, pero más si cabe), porque puede que esté yo por ahí haciendo kilómetros…, o parado en un bar de carretera bebiéndome una cerveza fresquita…, ya veremos.
