¡Ea! Ya tenemos aquí otro fin de año más. La Tierra da otra vuelta entera alrededor del sol y nosotros, que no somos capaces de mirarlo cara a cara, nos conformamos con celebrar que, de nuevo, ha llegado a la meta…, para volver a empezar.
Solemos hacer examen al año que se nos escapa y nos prometemos que el que entra va a ser, esta vez sí, el definitivo… Y sabemos que, dentro de trescientos sesenta y cinco días más (o trescientos sesenta y seis este bisiesto), volveremos a hacer lo mismo: lamentarnos por los propósitos no cumplidos y comprometernos a llevar a cabo los nuevos. Y vuelta a empezar.
Hace tiempo que no hago recuento de fracasos y victorias acaecidos durante mi vuelta al sol, más que nada por pereza y mala memoria, aunque, por supuesto, el cerebro y el corazón guardan instantes que, probablemente, el mismo tiempo irá sustituyendo por otros a lo largo de mi vida.
Así, a vuela pluma, recuerdo el cáncer de mi amiga Isa, contra el que sigue luchando y que ha hecho que estemos muy pendientes el uno del otro; los ochenta años de mi padre, celebrados en familia, en un día fantástico y lleno de momentos irrepetibles; los cuarenta de mi hermana, a la que todavía debo un vídeo que espero poder hacer en algún momento; sobre todo, el principio de este año me robó la posibilidad de tener en mis brazos a un nuevo sobrino que estoy seguro de que ha vivido una Navidad increíble en el Cielo… Por contra, me regalará, a principios del que empieza en unas horas, el poder disfrutar de Lucía, que abrirá sus ojitos, si Dios quiere, a la luz de este mundo y de quienes la rodearemos con cara de bobos…
¿Hay más? Claro que hay más. Mucho más. Sigue sin estar ella aunque esté a cada instante; porque, además, he vuelto a ver un petirrojo este año. Sigue habiendo gente que me quiere a pesar de todo y, sobre todo, a pesar de mí. Sigo con mi síndrome del impostor, pero con ganas de seguir alimentándolo. Sigo teniendo aspiraciones aunque no las publique para no gafarlas (o para que nadie pueda echarme en cara, salvo yo, que no las cumpla)…
En fin, que se nos va otro año más y nos llega uno nuevo. Ojalá seamos capaces de apartar lo que en este no nos ha dejado avanzar y podamos escribir una buena historia que contar el 31 de diciembre de 2024. Pondremos toda la ilusión en ello. ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!
Admiradora secreta says:
A ver ese vídeo. Jajaja. Feliz Año. Que los recuerdos buenos sean más grandes que los malos. Y que esos, nos ayuden a ser mejores personas, con la mirada muy alta.
Isabel Valiente says:
Eres tan grande que es lo mejor de este 2023
Juanma Suárez says:
Los ojos con los que tú me miras.