Puto rumano

rumanos

«Vamos a engañar al puto rumano…»

Me lo ha dicho alguien esta mañana al otro lado del teléfono. Obviamente estaba enfadado, pero se me ha quedado grabada la frase en la cabeza durante todo el día.

Tenía que hacer esfuerzos para entenderle, pero se expresaba relativamente bien en español. Como a otros muchos, le habían vendido una cosa y luego le habían dado otra; pero esa forma de denominarse a sí mismo…

Y a lo mejor tenemos mucha parte de culpa. Tal vez estamos tan obcecados con nuestros propios problemas, con nuestra crisis, con nuestros enfados con los políticos, con nuestro odio a todo lo que huela a banquero, con nuestras peleas intestinas entre los que opinan lo contrario que nosotros…, que no nos damos cuenta de que muchos extranjeros que vienen aquí a ganarse la vida, también lo pasan igual de mal, o peor, que nosotros.

Y me acuerdo de todos esos chistes que hacemos sobre los rumanos, de todos esos prejuicios y acusaciones que somos capaces de emitir contra un pueblo entero porque algunos de ellos pueden ser delincuentes o mafiosos. Pero, ¿es que somos mejores nosotros, los españoles? Yo creo que no.

Y si un rumano que está trabajando honradamente en España para ganarse el pan se denomina a sí mismo «puto rumano» es que le hemos hecho ver tanto nuestro odio hacia lo que supone su país y su gente, que lo ha llegado a interiorizar. Y es bastante triste.

Con lo que siempre hemos odiado los prejuicios, con lo que nos molesta que a los andaluces nos digan vagos, a los madrileños chulos o a los catalanes rácanos…, resulta que nosotros, en un alarde extraordinario de estupidez, hemos sido capaces de prejuzgar a todo un pueblo por lo que hacen unos pocos; y, para más vergüenza propia, ellos lo captan y lo sienten hasta el punto de soltárnoslo como si lo viéramos así de forma generalizada: «puto rumano», así se definió.

Quizás deberíamos empezar a mirar a los demás como queremos que nos miren a nosotros. Tal vez tendríamos que fijarnos más en la persona de forma singular y no juzgar a un conjunto por los hechos de un individuo.

Toda la mañana he estado sintiendo la necesidad de pedirles perdón a todos los rumanos que hay ahora mismo en España, trabajando o buscando trabajo honradamente, porque a veces los españoles podemos ser muy idiotas. Tanto que somos capaces de despreciar a un pueblo entero por culpa de unos pocos de esos que nosotros también tenemos en casa.

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