Rehabilitación

rehabilitacionCuando uno llega a ciertas edades parece que las caídas hacen más daño. Hace un mes, este que está escribiendo esto, tuvo un «pequeño tropezón» con un escalón que medí mal y en el que apoyé peor. Consecuencias: una caída nada decorosa a la entrada del trabajo y fractura de la cabeza del húmero, o en román paladín, una pequeña rotura en el hueso del hombro.

He estado casi un mes con el brazo en cabestrillo, casi sin moverlo, y ahora, que prácticamente ha cerrado la rotura, llevo una semana «rehabilitando» el músculo del hombro que parece que se ha acostumbrado muy rápido a no hacer nada y ahora le cuesta horrores volver a la rutina de costumbre.

Jamás pensé que la rehabilitación doliera tanto. Es como si de repente, a mi hombro, se le hubiese olvidado cómo moverse y para qué sirve. Por suerte he heredado la cabezonería de mis padres y aguanto bien el dolor que me supone el levantar el brazo simplemente o hacer cualquier esfuerzo, pero mi movilidad avanza bastante rápido.

Por eso he cambiado OTRA VEZ (y van ya no sé cuántas veces) la apariencia de la página: por «rehabilitarla» también a alguna rutina, a ver si soy capaz de actualizar algo más a menudo. Por ahora sigo igual que con mi hombro: con ejercicios y pruebas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *