"There should be sunshine after rain"... Lo dice el maestro Mark Knopfler en una canción suya del año 1985, Why Worry: "Siempre brilla el sol tras la lluvia". Y es cierto: después de mi llegada a Londres, pasada por agua, el día siguiente amaneció con un sol radiante y un cielo despejado y limpio.

Sí que es cierto que en Londres parece que amanece antes, mucho antes. A las 6 de la mañana capté estas imágenes a través de la ventana de mi habitación en el hotel.

Por supuesto, tras las fotos (hay algunas más, pero...) cerré las cortinas y me volví a la cama. ¿Cómo va a ser normal estar de vacaciones y levantado a las 6 de la mañana por muy en Londres que estuviese? ¡Venga ya!

Un par de horas más tarde ya no podía seguir en la cama, así que me levanté, me duché y desayuné en la habitación con las provisiones que había llevado convenientemente del LIDL que hay frente a mi casa; con mi poca idea de inglés, como para meterme en un bar a comer... Estuve tentado de hacerme un café para usar el "menaje" de la habitación, pero al final desistí: el café y yo no nos llevamos muy bien...

...las chucherías eran mías.

Y después del desayuno, antes de salir a ver Londres bajo el sol, quise hacer una foto en la habitación...

...del pedazo de pantalla de televisión que tenía justo al lado de la cama. La verdad es que no la puse salvo para ver que funcionaba y corroborar que, efectivamente, no entendía nada de lo que echaban en los 14 canales que veía. 

También me da por hacer algunas fotos "chorra", como ésta, que yo vengo a llamar "el olor del reflejo" . (Lo sé: tengo que dejar de comer cosas raras).

Y después de las fotos, Londres me esperaba.

Tengo una costumbre cuando voy a algún sitio para un concierto, y es ir al lugar donde se celebrará antes del propio concierto. Así que ése fue mi plan por la mañana: caminar (otra manía que tengo: andar a todos sitios, al menos la primera vez que visito una ciudad) hasta el Royal Albert Hall.

Mi hotel y el Royal Albert Hall estaban separados por Hyde Park, así que, ¿qué mejor forma de ir que a través del parque más famoso de Londres?

Y Hyde Park me atrapó. Un parque inmenso, verde, con gente por todos lados, corriendo, paseando, tomando el sol, yendo en bici, en caballo (por supuesto, con sus respectivas sendas para cada cosa: peatones, caballos, bicicletas, coches en algunos pocos sitios...).

En Hyde Park hay patos y cisnes, pero también hay ardillas y garzas. Eso sí, los roedores son más escurridizos que las aves, a las que no parece importarles que les hagan fotos.

Y caminando por Hyde Park me di de bruces con ésto: el Albert Memorial, el monumento que la reina Victoria mandó construir tras la muerte de su esposo, el príncipe Alberto, en 1861. Un lugar donde puedes hacer miles de fotos de cada uno de los detalles que rodean este impresionante recuerdo de la reina hacia su marido. (Si yo tuviese tanto dinero y fuese "dueño" de una ciudad, seguramente también le haría algo parecido a mi mujer..., si la tuviese, claro).

¿Y qué hay frente al Albert Memorial? Pues sí, el Royal Albert Hall... Casi no me di cuenta, hasta que me dio por mirar al otro lado de la calle... (es lo que tiene no tener ni idea de dónde estás realmente)

¿Y qué fue lo primero que fotografié en el Royal Albert Hall? Ésto:

Sí. Dice exactamente éso: Mark Knopfler - Get Lucky - 6 noches - No hay billetes. Y ésto es así desde julio o agosto del año pasado. (Yo compré mi entrada en julio y casi me quedo sin sitio).

Si llega a pasar con Bruce Springsteen o U2 me juego el cuello a que habría sido noticia en todos los telediarios, pero claro, sólo era Mark Knopfler: un tío que toca la guitarra como tantos otros y que no es nada en la Historia de la Música... (nótese el tonillo irónico que he empleado en todo el párrafo).

¡Hala, ya me he desahogao! Sigamos con la crónica.

Una vez comprobado que el Royal Albert Hall estaba donde decían los planos y que desde mi hotel apenas tardaba unos veinte minutos andando (en lugar de las casi tres horas que me había llevado esa mañana), me dediqué a hacer lo que me gusta: andar sin rumbo fijo. Callejear. Mirar. Ver. Mezclarme con la gente... (sin hablar con nadie, eso sí; no iba a entender nada).

Rodeé el teatro y comencé mi tour personal, no sin antes hacer una última foto que, tengo que decirlo aunque esté mal, me salió como para una postal, la verdad.

Y frente al Royal Albert Hall, en la parte sur, el Royal College Of Music.

Al lado del college, bajando las escaleras, a la izquierda, me hice la foto de rigor que todo el mundo se hace en Londres...

Y a partir de ahí, me dediqué a andar y hacer fotos de cosas que me parecían extrañas,

...originales,

...curiosas...

(Sí, parece que en Londres también tienen a sus Osbornes particulares, pero éstos no venden gazpacho, aceite o salen en la tele, cantan rancheras y ponen toros en las carreteras; éstos van en camionetas y venden helados, hamburguesas o perritos calientes... Quién sabe si no es así como se comienza un imperio)...

Por supuesto, hice fotos de guiri: una calle con edificio de fachada típica... en curva, eso sí;

...o el museo de Ciencia Natural,

...o el Victoria & Albert Museum.

Y cuando me cansé de andar, (porque anduve bastante), decidí volver sobre mis pasos hacia Hyde Park y hacer algunas fotos que había dejado pendientes. Por ejemplo ésta: una parada de autobús junto al Royal Albert Hall con toda la programación de temporada. Por supuesto quise hacer la foto porque aparecía Mark Knopfler, pero creo que al final resultó que terminé haciéndome algo parecido a una auto-foto, porque los reflejos apenas dejan distinguir nada.

Y después de esta foto, Hyde Park rumbo a la foto pendiente, el hotel, almorzar y prepararme para volver al Royal Albert Hall a disfrutar de mi primera tarde/noche knopfleriana.

¿Cuáles eran las fotos pendientes? Fundamentalmente ésta: el monumento a Peter Pan.

También quise disfrutar un poco de Hyde Park como lo hacen los londinenses: tumbado al sol en su césped.

Y después del rato al sol, quise hacer una foto antes de salir del parque de esta casa que descubrí mi primer día en Londres, bajo la lluvia, y que me encantó.

No sé si será la casa de algún guarda del parque, pero estaba dentro de él; no lo averigüé, la verdad. Al salir de Hyde Park en dirección al hotel, en la pared de una casa me sorprendió ver esta placa:

¡¡¡La casa donde vivió el autor de Peter Pan!!! Me dio vergüenza hacer fotos de la casa porque había gente viviendo allí y andaban por el patio en aquel momento. Llamadme idiota, pero me pareció  un asalto a su intimidad, así que me quedé con la foto de la placa. Tal vez la próxima vez que vaya a Londres haga fotos de la casa... ya veremos.

Y después de ésto me esperaba el hotel, una ducha reparadora, mi almuerzo, un ratito de internet para hablar con mi familia, y a prepararme para la siguiente parada: concierto de Mark Knopfler a las 19'30 de la tarde.

*Como nota aclaratoria cabría decir que, en realidad, cuando hablo de Hyde Park, no es totalmente exacto. Hyde Park engloba otro parque, el parque Kensington, que es, por ejemplo, donde está la estatua de Peter Pan. Durante mi tercer día en Londres sí que estuve mucho más tiempo en Hyde Park, pero de éso hablaré en otro momento. La segunda parte de este segundo día será sobre el concierto de Mark. Prometo intentar no emocionarme mucho.