
Y de nuevo la SGAE ha encontrado otra fórmula para seguir ganando dinero sin hacer nada: ahora le van a poner eso que vienen a llamar «canon» (un nuevo sinónimo para la palabra «robo») a los reproductores de MP3. Dentro de poco nos cobrarán por cantar en la ducha…, y si no, al tiempo…
Lo que más me choca de todo ésto, aparte de que nos llaman «piratas» por la cara y sin ningún rubor, es que, cuando veo la noticia en televisión, la rueda de prensa para explicarlo la da Juan Luis Galiardo, ese actor español con tanta repercusión internacional y con tanto peso en el cine (todo esto dicho con bastante sarcasmo, no sé si se ha notado), y explica que es todo un acierto este nuevo canon, porque «hay compañeros que lo pasan realmente mal para salir adelante». Y digo yo, cuando un trabajador normal no llega a fin de mes, lo primero que hace es plantearse buscar otra cosa… ¿Es que los actores españoles están por encima de cualquier trabajador? ¿Se les caen los anillos por «trabajar»?
Señores, si sólo quieren ser actores hagan películas buenas para que la gente las vea… ¡¡¡y trabajen!!!
Y luego salen a la calle y le preguntan a la gente su opinión. ¿La mejor? La de un hombre con bastante lucidez que afirmaba: «A mí me parece perfecto este nuevo canon; así voy a poder piratear mejor…» Por supuesto. Si nos cobran porque existe la posibilidad de que pirateemos (que es lo mismo que si nos meten en la cárcel porque existe la posibilidad de que matemos o robemos), si nos cobran, digo, al menos pirateemos para que ese dinero lo ganen con motivo ¿no os parece?
Pues, hala, ¡¡A PIRATEAR TODOS!!
Si alguien quiere saber lo que es un buen guión, debería ver esta película. En serio. Desde hace años es una de mis favoritas.
Cuando me preguntan por títulos de comedias, siempre me salen tres casi sin pensarlo: «Arsénico por compasión», «La fiera de mi niña» y «Su juego favorito».
Como se notará, todas son de cine clásico, y es cierto. Creo que como la comedia de Hollywood de los 50 y los 60 no se ha vuelto a hacer nada en el cine. Retaría a cualquiera a que me dijera alguna comedia de los 80 o los 90, o incluso actual, que rozase siquiera la calidad de alguna de éstas.
Está claro que ahora hay buena comedia, pero con guiones vacíos, llenos de bromas gastadas y, a menudo, groseras (al cine español me remito, donde parece que los guionistas sólo saben hacer bromas sexuales).
El trabajo de los guionistas en esta película es genial. Las conversaciones de los personajes se entrecruzan sin resquebrajarse, y hacen que la acción se desarrolle a la velocidad adecuada. Nada de explosiones, efectos especiales o sexo. No hay un gag en el que el semen se convierta en gomina. Aquí todo es elegante, comedido, sin fisuras.
Ahora se hace muy buen cine pero, por mi parte, la comedia americana de los 50 y los 60 está muy por encima de la comedia actual… Bastante por encima. Y para colmo, ahora van los guionistas americanos y se ponen en huelga… ¿Serán tan buenos ahora Jay Leno, Oprah…, y todas las demás estrellas de la tele?
Pues sí. El pasado 12 de diciembre fue de nuevo mi cumpleaños… (es lo que tiene que el tiempo sea cíclico: que cuando el ciclo se cumple, vuelve a repetirse desde cero).
La verdad es que no se me ocurre qué puedo escribir aquí para decir lo que significó para mí ese ir a Garufa por la noche y encontrarme a toda la gente esperando a que llegase, con sus regalos (que no han hecho falta nunca pero que, si tengo que ser sincero, me hacen una ilusión tremenda) y sus ganas de hacerme sentir bien. Me parece realmente increíble que alguien como yo pueda tener los amigos que tengo, pero en eso, lo digo todos los años, siempre he tenido mucha suerte.
Luego, aparte, está mi familia, que sabe perfectamente cómo encontrar algo que me haga ilusión…, y en eso reconozco que sigo sin cumplir años desde los seis o siete… por mucho tiempo más.
En fin, un nuevo cumpleaños y, a pesar de lo que la humanidad crea, cada año que pasa es mejor gracias a la gente que me rodea.
1. Hucha en forma de vaca (lo que se ve del cuerpo es pelo; por cierto, el de la cabeza se le cae… ¿una indirecta quizás?).
2. Cuadro de Mickey, mi personaje animado favorito desde siempre.
3. Bote de colonia, creo que el primero que me regalan en mi vida.
4. Una guitarra con millones de melodías para tocar, jejejeje.
5. Un vídeo recopilatorio con fotos y algún que otro momento «memorable» que he pasado con los colegas.
6. Efectivamente: una camiseta de Vickie el Vikingo. Por cierto, me queda perfecta.
7. Esto sí es una guitarra de verdad…, y suena…
8. Un pijama. La gente me dice que el mío es feo y anticuado…, pero a mi me gusta… Y éste también.
9. Estuche con cinco películas de Cary Grant. Siempre me ha encantado el cine clásico, y Cary Grant, ahora que se están empeñando en sacar trapos sucios de su vida, ha sido uno de mis actores favoritos siempre.
Y éso es todo. Creo que es suficiente, con mucho, ¿verdad? Yo me hubiera conformado con comerme la tarta con la gente que me ha dado estos regalos… Os quiero a todos…, y lo sabéis.
Y para terminar, LA FRASE: «Por muchos años más…»
Siempre he sido una persona curiosa; me gusta enterarme de casi todo, y hacer averiguaciones que, en realidad, no sirven para nada. Esta mañana me ha dado por entrar en las estadísticas de esta página web, la mía, para ver qué tal iban las visitas. Si tengo que ser sincero, no me creo lo que los números dicen. Según esas estadísticas, recibo una media de casi cien visitas al mes.
Hasta ahí, para ser una página de alguien que, salvo en su círculo de amigos, no ha publicitado en absoluto, es bastante… digamos que aceptable. Lo “extraordinario” de esas estadísticas es que me dice los países de la gente que ha entrado en la página. Que entre gente de España es normal. Lo que me ha sorprendido es ver ¡¡otros países!! en esas visitas: Colombia, Chile, Bolivia, Perú… ¡¡¡U.S.A.!!!
Bueno, podemos partir de la base de que pueden existir Ips en España que estén registradas en otros países (no entiendo mucho de esas cosas, pero…); sin embargo, y por si acaso, “Gracias por visitar mi página”, “Thanks for visiting my web”, “Merci de visiter mon site”, “Vielen Dank für Ihren Besuch auf meiner web”, “Grazie per la visita del mio Web”, “Obrigado por visitar o meu web”,…
Por cierto, gracias al tito Google por las traducciones… Tampoco soy tan inteligente.
Soy aficionado a los finales felices. Me encantan. Lo reconozco. Hay mucha gente que es capaz de hundir una película porque el final sea feliz…, pero yo no.
Me he dado cuenta viendo STUDIO 60, una serie de televisión que ha durado sólo una temporada porque no acompañaban las audiencias (como pasa siempre con bastantes series buenas). El último capítulo es un final feliz en toda regla; de esos de lagrimón y champán. Y cuando lo vi el otro día, me encantó. La serie en sí me parecía muy buena. Y el final me terminó de ganar.
Estoy seguro de que mucha gente me diría que termina mal, precisamente por éso. Que se han cargado un posible «buen final» por tratar de acabar bien. Pero para gustos los colores, y a mí, por si no ha quedado claro, me gustan los finales felices.
Tal vez algún día, por otro lado, me siente un rato a escribir sobre «finales felices» que no me gustan, pero por ahora, y para dejar las cosas claras, lo digo de nuevo: ¡¡me gustan los finales felices!!
P.D.: Acabo de darme cuenta: espero no haberle chafado a nadie la serie… (aunque a las dos personas que entran aquí no creo que les importe demasiado).
Lo reconozco: soy torpe. Llevo meses queriendo hacer algo para que mi página fuera algo más… «profesional», pero no doy con la tecla. Si alguien me preguntase por mis frustraciones, ésta sería una de ellas. Creo que tarde o temprano conseguiré superarla, pero se ve que todavía no ha llegado el momento. Por ahora hay que conformarse. Pero sólo por ahora…