No suelo meterme en cosas de cotilleo, ni del corazón (vísceras, más bien, las llamaría yo), pero tengo una primicia sobre Bisbal que me ha comentado él mismo: le encanta desayunar pan con mantequilla y azúcar.
¿Por qué lo digo aquí? Pues porque coincidimos plenamente, y además me ha dado permiso para que lo diga.
Sí, ha estado conmigo esta mañana, en el salón de mi casa, sentado en mi sofá. Hemos estado hablando un rato como dos colegas.
Vale, luego me he despertado, pero la conversación está ahí.
Sí, hoy es el día. Después de bastantes horas encerrados, ensayando… cosas, hoy nos atrevemos (tenemos poca vergüenza, también es verdad) a dar un concierto. ¿En dónde? ¿Dónde va a ser? En GARUFA, por supuesto; nuestra segunda casa. El lugar donde nos tratan como amigos, donde nos soportan, donde nos hemos conocido todos…, en definitiva, nuestro lugar.
Antes que nada, supongo que lo puedo hacer extensivo a los dos amigos con los que toco, querría agradecerle a Segis, el dueño de Garufa, todo. Porque nunca nos ha puesto una pega; porque, a veces, él estaba más emocionado por esto que nosotros mismos; porque esta mañana hemos estado dándole el coñazo en el local, haciendo pruebas, moviendo cosas, pidiéndole…, y nunca nos ha dicho que no. Al contrario, ha estado dispuesto a lo que hiciese falta.
Y ahora voy a decir, para redondear esto, que no sé cómo saldrá el concierto. Si tocaremos afinados, si me equivocaré en los acordes (que seguro que sí), si perderemos el ritmo, la letra, los papeles… No lo sé. Pero nos vamos a divertir, seguro. Y el público también. Sí sé que me ha encantado ir a ensayar con estos dos señores que están en el cartel conmigo; que me lo he pasado bien, que no hemos discutido NI UNA SOLA VEZ por el concierto… Todo ha sido genial desde el principio.
Y esta noche le pondremos la guinda. De una forma o de otra, pero está claro que nos hace ilusión compartir con la gente que venga las horas que hemos gastado montando algo con lo que pretendemos, simplemente, pasarlo bien, que ya es muchísimo.
Otro año más. De nuevo, el 12 de diciembre, me ataca por la espalda y me recuerda que tengo que sacar provecho de cada segundo; que luego se pasa el tiempo y te quedan muchas cosas por hacer.
Pensaba que había escrito en esta web en cada uno de mis cumpleaños desde que la creé, pero parece que no. Hace tres años que no escribo nada. Tampoco es que tenga cosas interesantes que decir, porque siempre digo lo mismo: me encanta la gente de la que me rodeo. Tengo suerte, lo reconozco.
En este día suelo acordarme de la gente que no está. Sé que muchos lo hacen en Navidad. Yo lo hago el día de mi cumpleaños, porque sobre todo, sobre todo, sobre todo, a pesar de los muchos años que hace que no está conmigo, hecho de menos los besos mojados de mi abuela. Esos besos largos, cálidos, seguidos… y esos achuchones. Por supuesto hecho de menos a mucha más gente que ya no está, pero tengo la suerte (yo pienso que es una suerte) de creer en eso que llaman el Cielo, y sé que hay muchas personas allí arriba que me quieren y que me cuidan. Gente que ya hacía eso mismo aquí abajo, pero que desde arriba, con una perspectiva mejor, lo hacen de una forma más cariñosa.
Lo siento. Es lo que pienso, lo que siento y lo que creo. Por eso he titulado esta entrada como lo he hecho: porque la edad (sí, ya tengo una edad que me permite decir ciertas cosas con perspectiva) me está enseñando, cada vez más, a saber distinguir lo importante de lo que no lo es. Y para mí, lo importante, siempre está por dentro, en el alma de cada uno. Y sí, me he puesto demasiado filosófico. Lo siento.
¿Una anécdota? Hoy es lunes, he trabajado, y la última llamada que he cogido era de un tipo que, según decía, necesitaba la línea de internet porque tenía pendiente unas transacciones por valor de 4 millones de euros…, sí, habéis leído bien: ¡¡4 millones!! y, aparte, necesitaba mandar por e-mail, a italia, ¡¡los planos del Ferrari del año que viene!! Sí, decía que trabajaba en Ferrari y que en su ordenador tenía los planos del coche de Ferrari para el año que viene. Yo no voy a hacer juicios de valor… por ahora. Mi espíritu de maruja, seguramente mañana, salga a relucir en el trabajo. Ya veremos.
Para acabar, a todos los que ahora estáis en mi vida, a los que habéis estado alguna vez, a los que estaréis por si se me olvida decíroslo en su momento… GRACIAS por todo lo que me aportáis, pero sobre todo, por existir en mi camino.
Como hay mucha gente a la que quiero devolver el #FF y me apetece explicar porqué, he pensado hacerlo por aquí, así que enlazaré las cuentas de Twitter de los «interfectos» desde esta entrada.
El primer #FF es para @juanitobuzon, porque lo conozco hace muy poco y me trata como si hiciese años que nos vemos, y eso me gusta.
Otro #FF para @ss_sonia porque no la conozco, pero me cae bien.
Un #FF especial a @estoycharlie, porque a pesar de estar lejos se sigue acordando de nosotros, y porque nosotros también nos acordamos de él. Un crack en los escenarios y debajo de ellos, como casi todos los que he tenido la oportunidad de conocer dedicándose a esto de hacer reír a la gente.
Un #FF para las dos personas con las que estuve anoche en Garufa; una noche rara en la que ellos me hicieron sentir, como siempre, genial: @LoKiLLaH y @Victor_Herrero_
¿Más? A mis dos «compadres» desde hace años, porque es un placer tenerlos en la lista de amigos: #FF@tappy_comico y @felixvida, y además, cuando nos ponemos melosos no hay quien nos aguante.
Tengo la necesidad de hacerles también un #FF a @Espe_85 y @Lidia_ob, porque son las «partenaire» de los dos anteriores; porque son las que les dan el toque de sensatez y les mantienen los pies en donde sea que se los mantengan, pero juntos…
Y, para acabar, me gustaría hacerle un #FF a @javibaezsevilla, un músico apunto de sacar su primer disco a la calle. Un primer disco en el que lleva trabajando muchísimos años y que espero que sea el comienzo de una gran carrera; y otro #FF a @PacoCifuentes, que ya tiene dos discos en la calle, al que conozco desde hace muchos años y es capaz de saludarme tan efusivamente que se me olvida la de años que puede hacer que no nos vemos. Además, es un poeta de los de verdad.
Creo que no se me olvida nadie. Sé que podría hacer muchos #FF más, pero hoy me apetecía hacer estos.
Como soy un desastre y un perezoso sin remedio, he decidido abrir un blog privado para empezar a escribir mi libro. Ya lo he creado (llevo toda la tarde para eso) y he empezado a escribir. Aún no sé cómo lo voy a hacer: en orden o como se me vaya ocurriendo. Veremos. Por lo pronto ya está puesta la primera piedra y escrita la primera página.
Lo sé, el título puede parecer excesivamente rimbombante o exagerado, pero no.
Tappy ayer por la noche, en Garufa, cerró una etapa de su vida sobre los escenarios, para abrir otra nueva. Una que le hace especial ilusión y para la que creo que está suficientemente preparado.
No sé si han sido dos o tres años como coordinador de guiones de Paramount Comedy en Andalucía. Dos o tres años en los que me ha corregido mis textos en bastantes ocasiones, en los que me ha enseñado a escribir mejores gags, en los que ha tratado de convencerme de que podía ser gracioso sobre un escenario, en los que ha apostado por mis textos más incluso que yo mismo…
Puedo decir que fui el primero de Sevilla que subió a Madrid a grabar porque él se empeñó, continuando con el primer empeño, es justo que lo diga, de María Iglesias, la anterior coordinadora, y dándome el último empujón.
Tappy ha estado llevando las riendas de una nave complicada, a veces ingrata, de forma suave, pero con firmeza; dejando siempre las cosas claras, pero sin severidad.
Anoche, para cerrar esta etapa personal, actuó de nuevo en Garufa (quiero creer que no fue la última vez), y me sentí realmente bien viendo al público divertirse, reírse, aplaudir mientras él estaba en el escenario. No sé; muchas veces lo he visto, pero anoche fue distinto. Anoche sentí orgullo, no me preguntéis porqué, pero fue así. Orgullo por cómo Tappy hace reír a la gente, por cómo se maneja en el escenario, por cómo la gente responde cuando él está frente a ellos. Orgullo por un cómico grande que hace muy bien su trabajo.
Pero sobre todo, lo que me llena más de orgullo, por encima de todas las circunstancias, por encima de toda la gente, por encima de cualquier otra cosa, es el saber que Tappy es amigo mío.