LA HIPOCONDRIA

La web de Juanma Suárez
Header image

Etiqueta: operación biquini

…y agosto va avanzando

Agosto va avanzando poco a poco, con sus días de calor sofocante, sus días nublados, sus noches de no poder dormir por las altas temperaturas o las de tenerte que tapar con la sábana… y aquí andamos, pasándolo todo.

Parece que estoy consiguiendo correr más de lo que lo hacía últimamente, así que la «operación biquini» también está activa, de momento. Mi amigo Pablo G. Bermudo, que en los últimos años se ha convertido en un corredor de pruebas habitual, me dejó este mensaje en Facebook después de mi anterior entrada sobre «La carrera nocturna del Guadalquivir» de este año, a la que ya me he apuntado, por cierto:

De momento no voy a decir qué me he propuesto, pero la propuesta de Pablo no anda muy desencaminada. Ya veremos…

En cuanto a otras cosas, por fin he terminado de leer «Invade me», y ahora ando inmerso en un libro pequeñito del escritor brasileño José Mauro de Vasconcelos: «Mi planta de naranja lima», que es pura poesía. Yo, que no soy especialista de nada, puedo permitirme el lujo de decir que a mí, personalmente, me recuerda mucho, en cuanto a la forma, a los libros de el pequeño Nicolás, pero este es más para lectores de poesía, porque es delicado, profundo y a la vez suave; es una lectura que te atrapa y deja poso. Muy recomendable.

Cambiando de tema, estos días estoy llegando a la conclusión de que me estoy haciendo viejo. No digo mayor, que eso lo hacemos todos, sino viejo. Porque ahora empiezo a mirar la sociedad con cierto desasosiego; porque veo un precipicio delante hacia el que nos encaminamos irremisiblemente, y la gente de mi generación es la que va abriendo camino; encima con pancartas, banderolas y eslóganes, llamando a más gente para que se una. Y de repente me encuentro escribiendo cosas en los muros de amigos que, según me dicen, suenan a insulto, o a falta de respeto; y no lo sé ver o detectar… Y, por supuesto, tengo que pedir perdón. Aunque eso no signifique que cambie mi forma de pensar sobre el tema que sea; solo que, tal vez, no fui capaz de expresarme con algo más de claridad y menos rabia.

Lo escribí hace algún tiempo parafraseando a alguien, y lo sigo manteniendo: «que tolere tu opinión no significa que la acepte o la comparta». También me propuse, hace algunos meses, no escribir en los muros ni las redes sociales de nadie mis opiniones; lo haré en las mías, para no ofender o faltar al respeto sin darme cuenta. Tendré que procurar llevarlo a cabo más a rajatabla.

Por cierto, una recomendación: «Nicky, la aprendiz de bruja«, una joyita de Miyazaki que descubrí hace un par de días. Una peli donde todo el mundo sonríe, es buena persona y hay auténticas obras de arte en todas y cada una de las escenas. Y sí, es animación.

Seguiré recomendando cosas conforme las vaya descubriendo o recuperando, por si a alguien le sirve de algo. ¿Seguimos con agosto?

Read More

1 de agosto

Llegó por fin agosto, cuando muchos empiezan sus vacaciones y otros vuelven de ellas. Siempre he pensado que el verano es un tiempo para hablar sobre cosas fresquitas, porque ya suficiente temperautura hace como para, encima, acalorarnos con discusiones sobre política, fútbol, economía o la última tontería de Willy Toledo o trifulca de PérezReverte.

Personalmente, hoy que es día 1, he decidido, como cada verano, también es verdad, con bastante poco éxito, dedicarle más tiempo a tres o cuatro cosas, a saber: leer, escribir, hacer deporte y la música.

La meta es, en cuanto al deporte, tratar de acabar en algún momento mi eterna operación biquini y, por qué no, intentar correr la Carrera Nocturna del Guadalquivir de este año,  pero en menos tiempo del empleado en las veces en las que he participado. Me he propuesto una meta, pero no la voy a publicar, fundamentalmente por amor a mi ego; por que si luego fracaso estrepitosamente, no quiero que quede constancia escrita de ello…, al menos de momento.

En lo que se refiere a escribir, es algo que me propongo cada verano, cada fin de año, cada septiembre, cada primavera, casi cada día… Tengo muchas cosas pendientes, muchas historias revoloteándome por la cabeza, y creo que en algún momento tendré que dejarlas salir, fundamentalmente para que no se me caduquen en el cerebro o para que Pixar, Disney o alguna productora me roben las ideas.

Ahora mismo ando pasando a formato Word varias antiguas, muy antiguas, historias manuscritas que he recuperado de alguna carpeta. Porque en esa carpeta hay cosas de hasta el siglo pasado, de la década de los 90….

…y mi «Donde la luna duerme«, esa historia de dos niños y un perro que hace un par de años me dictaron una noche las musas y al que aún sigo dando forma, muuuuy lentamente.

También quiero leer. Leer más. Reconozco que soy un mal lector, porque soy incapaz de recordar apenas las cosas que leo. Nunca he sido capaz de retener frases, párrafos o ideas de los autores a los que disfruto; nunca he sido de esos que parafrasean casi sin despeinarse. Yo, despeinarme, hace años que me despeino poco, pero tampoco parafraseo demasiado, la verdad. Supongo que una cosa por la otra.

Tal vez pueda ir hablando de lo que vaya leyendo, que ahí no necesito tirar de memoria; solo mirar  los libros, o el libro, que tengo sobre la mesa, que en este momento es «Cómo piensan los escritores», de Richard Cohen. Una especie de guía o de compendio de cómo se han enfrentado distintos autores a las dificultades con las que se encuentra un creador a la hora de la escritura. Es bastante interesante.

Y en el libro digital (e-book, para los modernos) llevo varios clásicos pendientes, pero de momento ando luchando contra una novela de un amigo que se titula «Invade me». Es ciencia ficción, y no es algo que a mí me llame demasiado la atención, pero me he propuesto como un reto el acabarlo, y ahí ando…

En fin, que el verano va a ser divertido y lleno de cositas. Intentaré mantener esto algo más activo de lo que está últimamente, aunque ahí sí que no prometo nada. Soy un auténtico desastre para organizarme, pero se hará lo que se pueda.

Read More

Conversaciones de «runner»

angelodemonioHace algunos meses que salgo a correr de vez en cuando (los modernos ahora le llaman running, como si así fuese algo más espectacular. Aunque sigan sudando, lesionándose, o perdiendo peso de la misma forma que antes; pero hacer running es más guay que salir a correr un rato), y hay algunas conversaciones interesantes al cruzarte con según qué otra persona que también esté corriendo:

Si es un cachas con camiseta de tirantas, enseñando músculo:

– Fíjate en ése. Ya sabemos que estás fuerte. ¿Tienes que ir enseñando «musculito»? (dicho en tono bastante peyorativo).

– Si el chaval tiene músculos, ¿qué quieres que haga?

– Pues que se ponga una camiseta normal, como todo el mundo.

– Recuerda que tú, a principios de verano, estuviste mirando camisetas de tirantas para salir a correr.

– Ya. Pero no es lo mismo…

– ¿Por qué no es lo mismo?

– (…)

Si es una gordita o un gordito que, más que correr, va andando:

corredorgordito– Pues sí que está haciendo ejercicio éste (o ésta, dependiendo del sexo de la persona a machacar).

– Está andando. Es un buen ejercicio.

– Ya, pero así no va a perder ni suelas de los botines.

– ¿Y sabes cuánto tiempo lleva haciendo éso? Lo mismo lleva aquí más tiempo que tú.

– Pues no se le nota nada.

– A lo mejor dentro de unos meses aguanta más que tú corriendo que, dicho sea de paso, tampoco es que vayas muy rápido.

– Pero dentro de un tiempo iré progresando, aguantando más y yendo más rápido, seguro.

– Pues eso.

Si es una pareja que va andando a paso rápido:

corredorpareja– Vienen a hacer deporte. Ya.

– ¿Tú empiezas corriendo directamente?

– No. Yo empiezo andando, pero voy solo, no hablando con nadie.

– ¿Eso es envidia o qué?

– No. A mí me gusta correr solo.

– Ellos prefieren correr acompañados… o andar rápido mientras hablan y se acompañan. ¿Qué más da?

– No, si pueden hacer lo que quieran.

– Eso es lo que hacen.

Si es alguien que va corriendo mucho más lento y es adelantado:

– Anda que vaya ritmo que lleva.

– Exactamente el mismo que llevabas tú cuando empezaste. Incluso puede que un poco más.

corredorcaracol

…y así mil conversaciones que suelo escuchar las mañanas en las que salgo a correr… ¡¡¡en mi cabeza!!!

Sí. El que critica y el que defiende soy yo mismo, y prometo que esas conversaciones que mantengo son absolutamente reales.

Por un lado me ayudan a olvidarme un poco de mi cansancio, pero, por otro, me recuerdan que tengo una parte envidiosa, malévola, irrespetuosa y que piensa que soy mejor que alguien a quien en absoluto conozco. Y es así como somos en realidad. ¿Y qué podemos sacar de esto? Pues es fácil: que si tratáramos de ponernos en el pellejo del otro, probablemente nos dolería cuando lo despellejásemos; que cada cual tiene sus circunstancias y sus motivos, y que «como juzguéis, seréis juzgados«.

Quizás seríamos mejores personas si fuésemos capaces de ver en los otros más la parte positiva que lo que no nos gusta de ellos; si en vez de criticar sin conocer, al menos, buscáramos antes los motivos de cada uno…

Y esto lo he aprendido haciendo deporte. ¿Qué otra cosa he aprendido haciendo deporte? Que estoy totalmente oxidado y hecho polvo, pero eso es otra historia totalmente distinta a la que espero irle poniendo remedio poco a poco.

Read More

Operación bikini, y ya van…

operacionbikiniLa verdad es que ya ni me acuerdo la de veces que me he propuesto ponerme a hacer deporte de nuevo, pero aprovechando que ahora mismo tengo unos días de vacaciones, he decidido proponérmelo de nuevo. La idea es salir a correr días alternativos, y por ahora vamos cumpliendo.

He descubierto un parque en Sevilla en el que mi trote cochinero pasa casi desapercibido, así que alguna que otra mañana ando por allí, oculto de miradas curiosas que puedan verme patalear la tierra a paso de caracol reumático. Me noto muy oxidado, todo hay que decirlo, yo que hace años pillaba la bici y me metía alguna centena de kilométros en un día. No creo que vaya a conseguir hacerlo de nuevo, pero nunca se sabe. Está claro que la edad te resta velocidad, pero no resistencia, así que qué mejor forma de gastar tiempo de vacaciones que tratando de poner el cuerpo a funcionar un poco mejor de lo que lo hace.

¿En qué quedará todo esto? Pues yo, sinceramente, espero que acabe en una rutina que, tal vez, en algún momento, me anime a participar en alguna carrera con mi amigo Tappy… y alguno que otro que se quiera unir. Por ahora seguiré haciendo deporte a escondidas.

Read More

Operación biquini. Día 1.

Pues sí. Como dice la canción de los Hombres G: «Hoy me he levantado dando un salto mortal, le he echado un par de huevos…» y hasta ahí.

Me he enfundado mis calzonas, mi camiseta de rayas, mis botines, y me he pillado el coche para irme a hacer un rato de carrerita cochinera por ahí.

No me apetecía correr por los alrededores de donde vivo, así que me he alejado un poco hacia un sitio que tenía en mente: algo más allá de Coria del Río, a unos 14 kilómetros de Sevilla.

Me he encontrado alguna cosa curiosa, como por ejemplo esta:

No sé vosotros, pero yo no me imagino una rana cruzando la carretera. Claro que, de todas formas, no está de más avisar, por si acaso.

Una vez elegido el lugar, ahí estaba el tío, con un breve calentamiento, dispuesto a empezar a correr.

…y empecé, con dolor de pecho y de piernas. Con el cuerpo diciendo «¿Qué haces, insensato? ¿Correr? Si tú estabas mu agusto sin hacer ejercicio»… Pero mi cerebro era el que respondía: «Sigue que lo mismo, dentro de tres meses, te alegras»… Y mientras en mi MP3, sonando esta lista de canciones (sí, sé que no era necesario poner la lista de las canciones, pero…, ¿de quién es esta página, eh? ¿Quién está escribiendo esta entrada? ¿Quién ha estado corriendo esta mañana? Pues ya está…):

* GARTH BROOKS:

1. Papa loved mama.
2.Standing Outside the fire.

*YO MISMO:

3. Sí. en el MP3 suelo grabar las canciones cuando las estoy componiendo, para recordar la melodía y la letra, así que esta se me coló de rondón en mi lista de canciones para correr. ¿El título?  El provisional al menos: Más de 10 años.

*GARTH BROOKS, de nuevo:

4. The night I called the old man.

*ROBERTO SÁNCHEZ, un fan de Mark Knopfler que ha compuesto un par de discos, los ha grabado, y los ha vendido o puesto para descargar en internet. Muy, muy, muy bueno. Y, por supuesto, muy Mark Knopfler:

5. Fugas, be carefull.
6. Fear in the air.
7. Who and why.
(Si sentís curiosidad por escuchar al bueno de Roberto sólo tenéis que decírmelo. Ya veremos cómo os paso las canciones de alguna forma).

*SHERYL CROW:

8. Detours.
9. Motivation.
10. Beautiful dream.

*ANTONIO OCAÑA, sí, don Antonio Ocaña, amigo, colega, cómico… y muchas otras cosas, entre ellas músico:

11. Las promesas.

*JORGE SALÁN:

12. Driving through the tunnel.

*HUEY LEWIS AND THE NEWS:

13. The power of love.

Esto hacen media hora (30 minutos cronometrados) corriendo. Bueno…, no todo el tiempo. La cosa era correr 10 minutos, andar 5 y volver a correr otros 10. Pero como a medida que iba entrando en calor parecían remitir las molestias del pecho y la respiración, se convirtieron en 13 minutos corriendo, 7 caminando y otros 10 corriendo de nuevo, de vuelta al lugar donde había dejado el coche.

Estas fotos son del sitio en sí:

Y estos son los caminos por los que he corrido:

Tenían pinta de rutas de caballo o de bici de montaña, pero hoy sólo estaba yo. Por supuesto, después de la media hora luchando contra mis propias grasas, lo que apetecía era esto:

Por cierto, un consejo: si corréis con un MP3 de estos que se pueden enganchar a la ropa, no lo pongáis nunca en contacto y rozamiento con el michelín; o sea, en el elástico de las calzonas, porque puede pasaros esto:

Sí, es mi michelín eso que veis. Pero no por mucho tiempo. En breve habrá, espero, desaparecido de mi vida… O no. Nunca se sabe cuándo voy a volver a cansarme de esto, pero os lo iré contando conforme vaya surgiendo… Eso sí, seguimos viéndonos en los bares, ¿no?

Read More

Operación biquini

Esta entrada es una forma de respuesta a esta de mi amigo Tappy en su web.

Recuerdo, por mi parte, cuando conocí a Tappy, allá por el año… 2003. Fue un día de julio, exactamente el día 3, cuando comencé a hablar más con un tipo gordito, más bajo que yo, y que hacía humor.

Por aquella época yo era, lo que muchos llamaban, un tirillas. Un canijo con pinta de enfermo. A muchos les puede resultar extraño esto que voy a decir, pero por aquellos años, lo que más quería en este mundo era engordar. Mi sueño era poder hacer deporte sin correr el riesgo de perder hasta la sombra por quedarme más delgado aún de lo que ya estaba.

Y lo intentaba: comía a todas horas, me hartaba de dulces, de frutos secos, de bebidas azucaradas, hamburguesa cada vez que me lo permitía mi economía, dejé de hacer kilómetros en bicicleta (cosa que me encantaba, por cierto)… pero nada.

Y de repente, un día, sin previo aviso, algo cambió en mi organismo (el pelo ya había empezado a perderlo) y comencé a ganar peso . Los dos años siguientes me emocionaba mirarme al espejo y ver que mis angulosas facciones se redondeaban suavemente (una forma fina de decir que estaba engordando). ¿Cuál fue el problema? El punto de no retorno. En lugar de parar en su momento justo, mi cuerpo parecía no haberse dado por enterado, y seguía acumulando grasas, y más grasas, y más grasas, y más grasas, y más… vale, ya paro.

Hasta hoy. Varias veces he tomado la decisión de adelgazar, no de ponerme a dieta. Me gusta comer. Cuidar un poco lo que como, cuándo lo como y en cuánta cantidad lo como. Y hacer algo de deporte, que es algo que abandoné casi a la misma vez que decidí ponerme a engordar como fuese.

Y en esas estamos. La semana pasada, hablando con Tappy, decidimos empezar la «operación biquini» juntos. Queremos poder acabarla con éxito. Yo, por mi parte, reconozco que aún no he empezado en serio, pero es una meta a conseguir. No puede ser que, al ir a comprar ropa, salga con ganas de matar a Emidio Tucci, a Ralph Laurent o al señor Angelo Litrico.

Ese fue el motivo por el que, en Reyes, este año, pedí un MP3 que pudiese engancharme en la ropa para salir a correr. MP3 que, por cierto, aún no he llenado de canciones. Y supongo que ha llegado el momento. Todo sea por poder volverme a poner algunas camisetas y pantalones que acumulo en mi ropero y que se ríen de mí cada vez que abro sus puertas.

Algunos dirán «y por tu salud». Bueno, eso es secundario. ¿Quién quiere estar sano pudiendo estar esbelto? ¿O no?

Read More