Me he empeñado en sacar mensajes o aprendizajes de cosas pequeñas, diarias, usuales… Y en verano todos tiramos de los cubitos de hielo…, y hasta en invierno si sales de copas con los amigos. ¡¡Y qué bien hacen su trabajo!!
Ellos están ahí, silenciosos, sin protestar… o tal vez un poco, al principio, cuando empiezan su labor callada y se resquebrajan porque los introducimos en un ambiente distinto al suyo, a su ecosistema. Pero crujen unas pocas veces y se acabó.
Los hielos se desgastan por enfriar nuestras bebidas, van consumiéndose, poco a poco, mezclándose con lo que les rodea…
– ¿En serio estás dedicando una entrada a los cubitos de hielo?
– ¿Bug? ¿Billybug? ¿Qué haces aquí, interrumpiéndome? Iba lanzado con la idea.
– Ya, pero me apetecía salir.
– Vale, ahora nadie sabrá de qué va esto…
– ¿Hablas de los tres o cuatro que te leen y porque les pasas el enlace?
– ¿Qué más te da? A ver, creo que os he hablado de Billy Buganvilla…, un momento, que lo busco… Aquí, creo que por primera vez; aquí, sobre todo y también aquí, veo que por última vez. ¡¡¡Hace más de siete años!!!
– ¿Lo ves? Es que me tienes arrinconado y no te acuerdas de mí.
– Sí que me acuerdo, más de lo que crees, pero ando en mil cosas distintas…
– Ya, como siempre. Pero una de esas mil nunca soy yo.
-Vale, haremos una cosa: mientras no tenga nada para ti, si quieres, te dejo que te vengas por aquí de vez en cuando. ¿Te parece?
– Bueno, algo es algo.
– Pero no seas, tampoco, pesao, ¿eh? No vayas a interrumpirme cada entrada, que luego se hacen muy largas y la gente se cansa de leer.
– ¿Quiénes? ¿Los tres o cuatro que te leen?
– Vaaaale, sí. Los tres o cuatro que me leen. Pero también habrá que cuidarlos, ¿no?
– Pues espero que los cuides mejor que a mí.
– ¿Quieres dejarme terminar la entrada, que ya se nos está yendo de las manos?
– Bueno, pero…
– Shhhhhhh. No digas nada más. Volveremos a hablar. Prometido.
– Está bien, pero…
– Shhhhh. Chitón.
… vale, ¿qué te iba diciendo? Sí, que los hielos se van deshaciendo en silencio, enfriando nuestras bebidas. Y es cierto que también van formando parte de ella. Tal vez ese sea nuestro cometido: estar en medio de nuestros quehaceres, de nuestra vida, ayudando a mejorar la de los demás, sin que se note. Desgastarnos por hacer que quienes nos rodean estén mejor, y siendo parte de ese todo en el que nos mezclamos con ellos.
Tal vez no se trate de «be water, my friend» sino de «be hielo, my friend». Podríamos intentarlo, ¿no?
– Vaya forma de acabar una entrada. Si Bruce levantara la cabeza…
– Le ofrecería una bebida con hielo. ¿Y quieres dejar de meterte en mis entradas sin previo aviso?
– No prometo nada.
– (…)