Por fin parece que el buen tiempo llega para quedarse. La primavera dará paso al verano y las vacaciones. Las mías llegarán en septiembre, como hace ya cinco años. Si todo sale bien, puede que sean algo más largas de lo habitual, así que espero con ansia que pasen rápido estos meses. Lo sé; los que cogéis vacaciones en verano no querréis que pasen tan rápido, pero bueno, el tiempo es algo relativo en nuestros deseos, así que…
Llevo dándole vueltas a la cabeza hace ya un tiempo a varias cosas que quiero ir haciendo poco a poco. Una de ellas es aprender a usar un poco el programa Pro Tools, porque me apetece sentarme con la guitarra, un cuaderno nuevo, un boli, y escribir canciones para luego grabarlas lo mejor posible. Sé que no va a quedar nada ni siquiera parecido a lo que me imaginaré en mi cabeza, pero bueno…, iré aprendiendo cosas en el camino.
Quiero ir dándole forma a mi relato sobre la Tia Lula, aunque se me va de las manos y no sé cómo puede acabar ni qué camino puede seguir, pero eso es lo bonito de todo esto. Y algo de lo que se me pasa por la cabeza está aquí, en esta especie de diario que he empezado a escribir:
Otra cosa que quiero retomar es mi vena poética. El próximo lanzamiento del primer libro de poemas de mi amigo Roberto Terán tiene la culpa. Es algo que ya he explicado en la entrada anterior a esta… y sí, lo sé: en la anterior entrada también remitía a la que había escrito antes que ésa… Cosas del directo, sup0ngo.
Por otro lado, Los Q-3… No sé mis compañeros de viaje, y amigos, Tappy y Alberto qué piensan del tema, pero, por mi parte, es algo que me hace ilusión que siga ahí… ¿En stand by? Es posible, pero latente. Esperando, tal vez, a volver a resurgir. Ya conocidos (ya los conocíamos, pero los hemos corroborado) los errores, sobre todo míos, de estas últimas ocasiones, siempre se puede avanzar un paso más hacia adelante, y a mí, personalmente, es algo que me sigue apeteciendo, porque, ya lo he dicho alguna que otra vez, me divierto con ello.
Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos soñado con formar parte de un grupo de música. Los Q-3 no sé si podríamos incluírlos dentro de ese concepto, pero nos divertimos juntos. Lo pasamos bien, y nos gusta pensar que los amigos que nos han ido a ver también se divierten. Y no hay presión, no hay eso que yo llamo profesionalitis; ese creernos los amos de la escena, que es lo que hace que surjan roces o peleas o desacuerdos. Simplemente buen rollo y algo de música de fondo.
¿Qué más cosas? ¡Bufffff! Supongo que irán surgiendo. Quiero ver si soy capaz de crear algo parecido a un par de pases cómicos entre monólogos, canciones y alguna cosa más que pueda usar, para la temporada que viene. Me apetece subirme a un escenario siendo el único responsable de que la gente se lo pase bien durante más o menos una hora. A ver qué soy capaz de hacer. Sigo disfrutando cuando oigo a la gente reír mientras estoy sobre un escenario, y, ¿qué queréis que os diga? Me gusta.
Dejaremos que todo fluya por los cauces que elija y nos dejaremos llevar por la corriente, a ver dónde nos lleva. Las musas nunca defraudan cuando pululan cerca.
Por cierto, ya hablaré de lo que viene en septiembre: ¡¡UN DISCO DOBLE DE MARK KNOPFLER!! (Lo dejo aquí, que me emociono).